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Reabren con restricciones para evitar contagios

Entre devoción y temor, fieles acuden a misa tras 4 meses de ayuno religioso

Controlan la afluencia en la Basílica y la Catedral

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▲ Feligreses mantienen la sana distancia mientras esperan ingresar a la Basílica de Guadalupe tras cuatro meses de suspensión de los servicios religiosos.Foto Afp
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▲ En la iglesia de San Hipólito, en la colonia Guerrero, se ofició la misa dominical a puerta cerrada para evitar contagios de Covid-19. Fieles se congregaron en la puerta principal.Foto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Lunes 27 de julio de 2020, p. 29

En el reinicio de actividades religiosas este domingo, algunas iglesias definieron horarios de apertura donde se respetaron las medidas de sanidad, otras prefirieron no abrir y grandes recintos, como la Basílica y la Catedral Metropolitana, redujeron su afluencia de visitantes.

Después de cuatro meses de permanecer cerrados, entre 85 y 90 por ciento de las poco más de 630 iglesias que forman la Arquidiócesis de México abrieron de nuevo sus puertas para realizar misas de manera presencial. Las celebraciones religiosas se dedicaron a los enfermos de Covid-19, a quienes han fallecido a causa del coronavirus y a los trabajadores de la salud.

En la parroquia de Santiago, en Iztacalco, se definieron cinco horarios de misa, y entre cada uno se mantuvo cerrada al público.

Media hora antes sonaron las campanas para llamar a los fieles, quienes, poco a poco, ingresaron al lugar. En las puertas de madera una mujer roció las manos de las personas con líquido desinfectante y pidió pisar un tapete para desinfectar los zapatos.

Pese a que algunas personas llegaron en pareja, se les pidió ocupar los extremos en una misma banca. Si bien había cupo para 50 personas, apenas llegaron una decena de ellas, por lo que registró poca afluencia el lugar.

En la iglesia de Santa Rita de Casia, en la colonia Moderna, en Benito Juárez, las puertas del recinto abrieron sólo 30 minutos por la mañana, confirmó Celia Dolores, quien se dedica a la vendimia y relató que hubo pocas personas dentro y que no se preveía que volviera a abrir en el resto del día.

En la Catedral Metropolitana el aforo máximo es de 100 personas, cuando antes se permitían más de 500. Salvador González, obispo auxiliar, dijo que el retorno se realiza de manera gradual.

En la celebración religiosa también pidió por los que tienen la alta responsabilidad de dirigir nuestra nación, nuestra ciudad, Presidente (Andrés Manuel López Obrador) y jefa de Gobierno (Claudia Sheinbaum), así como por todo su gabinete legal y ampliado para que puedan gobernar con sabiduría y sepan distinguir, como Salomón, entre el bien y el mal.

En la Basílica de Guadalupe se realizaron las primeras celebraciones en el atrio para no superar el máximo aforo del templo, que es de 500 personas. La primera misa fue a las 10:30, lo que sorprendió a los fieles, quienes no tenían conocimiento de que se llevaría a cabo de esta manera, mientras la celebración que ofició el arzobispo Carlos Aguiar Retes fue a puerta cerrada.

Fieles aceptaron que se realicen misas en el exterior, pero manifestaron que es pesado estar bajo el sol y de pie, sobre todo para las personas de la tercera edad.

Algunos católicos escucharon la homilía afuera de la iglesia de San Hipólito

Laura Gómez Flores

Decenas de feligreses escucharon ayer misa afuera de la iglesia de San Hipólito, antes de que las autoridades capitalinas sacaran de la lista de colonias con mayor número de contagio de Covid-19 a la Guerrero, ubicada en la demarcación Cuauhtémoc.

La posible llegada de cientos de personas este martes, como cada 28 de mes, a pedirle un milagro o pagar una manda a San Judas Tadeo, considerado por la grey como el santo de las causas perdidas, mantiene en alerta a vecinos, quienes confiaron en que no regresemos otra vez al semáforo rojo.

El número de devotos se redujo desde marzo por la emergencia sanitaria, pero el anuncio de que reabrirían sus puertas las iglesias hizo que la gente viniera, con la esperanza de entrar y escuchar misa, lo cual no sucedió, comentaron.

Los feligreses que llegaron, en su mayoría de la tercera edad, escucharon por más de media hora la misa atrás de las rejas del templo, amontonados, debido a la presencia de puestos de recuerdos, veladoras e imágenes, sin guardar la sana distancia y varios sin cubrebocas.

La necesidad de oír al cura expiar sus culpas, solicitar el milagro de conseguir empleo o salvar la vida de un enfermo de Covid-19 u otro padecimiento que ha colocado a un familiar o amigo al borde de la muerte, los llevó hasta esa iglesia.

Los exhortos de las autoridades a cumplir con las medidas de prevención, sin embargo, no tuvieron cabida entre varios devotos, que esperaron la bendición del sacerdote para irse a su casa, así como entre ciclistas y transeúntes que pasaban por el lugar.

En la iglesia de Nuestra Señora de la Merced, en la colonia Doctores, también en Cuauhtémoc, el párroco colocó un aviso en el que se lee: Debido al semáforo rojo en que se encuentra la demarcación, no se realizará ninguna celebración hasta nuevo aviso.

Afuera del inmueble, un hombre ofrecía veladoras, cristos, imágenes de diferentes santos o vírgenes, cadenas o libritos de la eucaristía a las pocas personas que pasaban por el lugar, ubicado en Arcos de Belén, a dos calles de la estación Salto del Agua del Metro.

También la parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, que se localiza en la colonia 20 de Noviembre, cumplió con el llamado de las autoridades a no abrir sus puertas al estar en la lista de 36 colonias con mayor número de contagios, que ayer se redujo a 30.

Ello no impidió que algunos, al no poder escuchar misa o confesarse, aprovecharan para “echarse una guajolota, un tamal encuerado, un huarache o unos taquitos”, parados junto a los puestos o sentados en la banqueta de esa colonia, en Venustiano Carranza.

Personal del Instituto de Verificación Administrativa realizó un recorrido para constatar que los establecimientos no esenciales permanecieran cerrados, al mantenerse la colonia en semáforo rojo, pues mucha gente se aferra a no usar cubrebocas, exponiéndonos a quienes sí nos cuidamos, comentaron algunos vecinos.