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La Lagartera, única obra monumental de Francisco Toledo, está seca desde abril

Por la escasez de agua en Monterrey se dejaron de regar parques y fuentes // Para el ex edil Mauricio Fernández Garza, el gasto de líquido en esta pieza no se compara con su valor

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▲ El artista plástico oaxaqueño inauguró esta pieza en 2008. Se sitúa en el lugar fundacional de la capital de Nuevo León.Foto Yolanda Chio
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 17 de julio de 2020, p. 3

Monterrey, NL., No es una buena época para ser lagarto, sapo o tortuga, piensan tristes los seres de fibra de vidrio, arena y resina que habitan La Lagartera.

Apenas en septiembre de 2019 se quedaron huérfanos, tras la muerte del maestro Francisco Toledo (1940), quien, ahí donde nació Monterrey hace 400 años, decidió instalar su única obra monumental, un hogar acuático en medio de una ciudad que supera los 45 grados en verano.

Ahora, con la llegada del nuevo coronavirus, La Lagartera y sus habitantes se encuentran sin agua desde abril.

Como medida contra la pandemia, el gobierno del estado pidió a la ciudadanía mantenerse en sus hogares, lo que, de acuerdo con Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey, aumentó el consumo del líquido.

Por ello, como medida de ahorro, los parques públicos se dejaron de regar y las fuentes dejaron de tener suministro de agua.

Desde hace casi tres meses, los dos enormes lagartos que coronan La Lagartera, que tiene 24.5 metros de largo, 10 de ancho y 3 de alto, así como un peso de 18 toneladas, reciben sin tregua el calor y ya no pueden escapar a nadar o a comerse alguno de los sapos o tortugas que también habitan la escultura.

Al preguntarle sobre el origen de la obra, inaugurada en 2008, Toledo contó: Hace 20 años me contaron una historia que me impresionó: en una gran crecida del río (entre Oaxaca y Veracruz) subió tanto el agua que arrastró tortugas y lagartos. El agua llevó al lagarto a una cueva muy alta en la montaña; allí se quedó con tortugas, camarones y culebras de agua. Cuando bajó la creciente, el lagarto ya no pudo salir de esa cueva y se quedó allá; pudo vivir porque empezó a comerse a todos los animales que se quedaron a vivir con él.

Ecosistema vivo

De acuerdo con el ex alcalde de San Pedro, Mauricio Fernández Garza, quien también fue amigo y promotor del artista, el sueño de Toledo era ver La Lagartera como un ecosistema vivo.

Él no quería que se limpiara, que se mantuviera como estaba, porque se crea un sistema de lamas y demás cosas; una de sus ilusiones era que un día hubiera ranas ahí, haciendo ruido, pero entiendo que por los químicos que lleva el Santa Lucía no se puede, explicó.

Para Fernández Garza, es necesario que las autoridades den importancia a la obra de Toledo.

Es la única obra monumental que hizo Francisco en su vida; lo único que digo es que ojalá la gente entienda su importancia; no es una obra cualquiera, es la única pieza monumental de uno de los grandes genios de la plástica mexicana, y luego, lo que pasa aquí, es que la parte cultural no se le da muy bien a nadie.

Además, el ex edil indicó que el gasto que se podría generar de agua no se compara con la importancia que tiene la obra.

“No creo que cueste tanto que le arreglen donde tiene los chorritos y abrir una llave que tenía ahí para que pueda bañarse de agua y estuviera como fue diseñada. Sin duda, el agua si cambia mucho la presencia y estética, y resalta los colores; en la medida que esté seca se ve más triste.

Es algo mínimo para la importancia de la pieza; ponerle los chorritos de agua no vale nada, y la pieza vale muchísimos millones de dólares, si se quisiera pensar en una cifra, añadió.

La Lagartera se encuentra en el centro de Monterrey, donde comienza Paseo Santa Lucía, sitio en el que Diego de Montemayor fundó la ciudad en 1596.