Minutos antes de que comenzara el concierto virtual de DLD, en el chat ya habían empezado a aparecer una multitud de mensajes. Llévele, llévele la playera; la tacita, güerita, ¿Dónde está el de las chelas?, ¡Saluud!, se leía repetidamente en la caja donde seguían llegando mensajes.

Por medio de las palabras, los asistentes virtuales trataban de recrear la algarabía propia de los espectáculos masivos que desde hace meses no han podido ocurrir. DLD se presentaba esa noche.

A diferencia de otros espectáculos en línea que se han realizado durante la pandemia, y como cada vez es más frecuente en la industria musical para entrar al concierto los internautas debieron pagar una entrada. La presentación tampoco estaría disponible en el futuro y sería en vivo.

En la pantalla, una cuenta regresiva indicaba el tiempo de espera. Unos menos adaptados que otros, pedían ayuda técnica para ver el espectáculo en una televisión, otros se quejaban de las limitaciones de la plataforma. Canciones de DLD sonaban, al tiempo que los nombres y motes en el chat se diversificaban.

Insertar chiflidos, escribió alguien. Y entonces en pantalla aparecieron los miembros de la banda, algunos portaban mascarillas con el logotipo de DLD.

Se veía a los músicos entrar al backstage mientras en los comentarios el público les enviaba peticiones, saludos, e incluso mensajes pidiendo que se incluyeran cubrebocas en los productos de la agrupación.

Al dirigirse al público, agradecieron el apoyo de sus seguidores. Luego volvió la cuenta regresiva. “2020 has sido culey, pero nos das estos momentos únicos, que hay que disfrutar hoy…”, publicó una internauta en el chat. DLD no tardó en aparecer en un escenario que fue elogiado por los fanáticos.

Temas del álbum Primario como animal, Sea, Todo cuenta o Arsénico pudieron disfrutarse debido a la buena calidad de la transmisión, que casi todo el tiempo se mantuvo fluida. Algunos comentarios bromeaban sobre la visibilidad del escenario, que normalmente pocos alcanzan a disfrutar en los espectáculos masivos.

Una hora después apareció la leyenda: Las rolas que tú pediste, y tras una breve pausa, DLD volvió a cuadro para interpretar la canciones que sus seguidores les habían pedido en redes sociales.

Francisco Familiar, vocalista, se dirigió al público para agradecerle y pedirle que cantara con ellos.

Los mensajes no pararon durante las dos horas que duró el concierto. Pese a las diferencias, los fans habituales seguían presentes en el chat, escribían las letras de las canciones, describían acciones, brindaban con otros. Es difícil, no obstante, calcular cuántos eran los espectadores.

Familiar anunció su última canción. Otra, otra, aparecía intermitentemente en los comentarios. El grupo tocaba, cuando el vocalista interrumpió. “Perdón, es en vivo. Queremos que salga bien –se disculpó– estamos nerviosos”.

Los fanáticos agradecieron el gesto y la banda recomenzó el final de su presentación.