El comienzo del verano en los principales destinos de playa en México está lejos de tener llenos totales a causa de la pandemia de Covid-19. Sitios como Los Cabos, Cancún, Puerto Morelos, Riviera Nayarit y Yucatán no llegan ni a 30 por ciento de la capacidad permitida por las autoridades.

El regreso a la normalidad en la actividad, que hasta 2018 aportó 8.7 por ciento de producto interno bruto (PIB) y generó más de 10 mil empleos directos e indirectos, ha sido lento, muy difícil y va a requerir mucha promoción”, consideró José Manuel López Campos, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur).

Cancún, uno de los destinos más visitados por paseantes nacionales e internacionales, no tiene la misma afluencia que en años recientes.

Cuenta con 37 mil habitaciones en total, pero hoy día sólo puede disponer de 12 mil 800, que equivalen a 30 por ciento de la capacidad.

De acuerdo con Frank López Reyes, director general de Turismo en ese destino localizado en Quintana Roo, la ocupación total únicamente llega a 16 por ciento, aunque en algunos hoteles alcanza 25. El 70 por ciento de los visitantes, destacó, son mexicanos.

Sólo el viernes pasado el Aeropuerto Internacional de Cancún tenía programadas 83 operaciones, de la cuales 28 eran nacionales y 14 internacionales. Fueron 41 salidas: 28 para el país y 13 para el extranjero.

López Campos comentó que los índices que reporta ese sitio turístico son muy bajos para una zona que ha manejado siempre ocupaciones arriba de 80 por ciento y en temporadas altas, como en el verano, no tiene habitaciones disponibles.

Resaltó que en Quintana Roo la actividad representa 95 por ciento del PIB estatal, lo cual evidencia la importancia que tiene para la economía local y su impacto.

Puerto Morelos, otro de los paradisiacos lugares de ese estado, tampoco tiene mejor suerte. Héctor Tamayo, secretario de Turismo y Desarrollo Económico de ese municipio, manifestó que hoteles y restaurantes de ese sitio sólo pueden estar a 30 por ciento de su capacidad.

Allí únicamente dos grandes hoteles han reiniciado actividades: Desire Riviera Maya y Now Sapphire. La ocupación es de 12 por ciento.

Las playas de Puerto Morelos continúan cerradas, pues serán reabiertas cuando el semáforo esté en amarillo. Dicho cambio no será en estos días, ya que en la semana que se inicia aún estará en naranja.

Al otro extremo del país la situación no es mejor. En Los Cabos, Baja California Sur, de los 6 mil cuartos con que cuenta, este fin de semana hay 2 mil 700 disponibles. De ellos, sólo 15 por ciento están ocupados.

El pasado día 15 empezó la reactivación gradual de las actividades. Cuenta con un plan estratégico de cinco fases y el Protocolo de Gestión Covid-19, el cual busca garantizar la salud y seguridad de ciudadanos y visitantes. El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés) otorgó a ese destino el sello Viaje Seguro.

Luis Humberto Araiza López, secretario de Turismo, Economía y Sustentabilidad de Baja California Sur, admitió: Se avecinan tiempos complejos, de grandes retos; sin embargo, la reapertura de Los Cabos es una celebración.

Dicho plan estratégico atiende las recomendaciones sanitarias emitidas por el gobierno federal y el Consejo Estatal de Salud, en concordancia con las disposiciones internacionales en la materia.

En la primera fase se reanudaron las actividades de viaje con límite de llegadas internacionales y nacionales. Aquí, los prestadores de servicios del sector se centrarán en instrumentar protocolos de salud e higiene.

En las fases posteriores buscarán la recuperación gradual de la llegada de viajeros provenientes de Canadá y Reino Unido, entre otras naciones.

Más aseo, distanciamiento de paseantes, protección

El Protocolo de Gestión Covid-19 contempla manuales de salud e higiene; refuerzo de la limpieza; distanciamiento físico del viajero; uso de equipos de protección personal; protocolos estandarizados de revisión sanitaria en aeropuerto y puerto, y políticas de viaje flexible, así como la agilización de los reglamentos de comunicación entre el hotel, los proveedores y las autoridades locales.

La percepción del servicio, en este momento, se basará en una buena atención del personal y, sobre todo, en que el comensal, el visitante, se sienta seguro observando el entorno, expresó Gianmarco Vela, vicepresidente nacional de la Canirac.

La estrategia de reapertura incluye tres campañas de promoción que costarán 220 millones de pesos, de los cuales 170 serán aportados por el Fideicomiso de Turismo de Los Cabos y el resto por la iniciativa privada.

Como una esperanza, Los Cabos espera la llegada, el próximo día 4, de un vuelo de la línea aérea Eastern proveniente de Nueva York, Estados Unidos. Es signo de confianza en el destino, apuntó Rodrigo Esponda Cascajares, director general del Fideicomiso de Turismo de Los Cabos.

Esta semana la Riviera Nayarit también reinició actividades. Hoteleros y proveedores turísticos trabajan en ofrecer seguridad e higiene. Al igual que Los Cabos, también recibió el sello Viaje Seguro.

El sector turístico nayarita desarrolló un manual de mejores prácticas, con base en las recomendaciones de los organismos de salud internacional, estatal y federal, que en conjunto, con los prestadores de alojamiento, servicios y transporte, se ha implementado como parte de los protocolos y medidas sanitarias en los establecimientos.

El presidente de la Concanaco comentó que la única manera de hacer sostenible un destino turístico después del Covid-19 es generar confianza.

López Campos sostuvo que la clave para la reactivación estará en el manejo de protocolos, en garantizar la seguridad que requiere el visitante en toda la cadena de valor.

Será necesario, enfatizó, financiamiento, y se esperan noticias de la banca de desarrollo. Como tercer factor destacó la necesidad de hacer pruebas al personal para evitar que surjan brotes de Covid-19.

Los turistas internacionales provienen de Estados Unidos, principalmente de Florida, Texas, Chicago y California.

Hasta el momento no hay pasajeros que provengan del continente europeo o de Canadá, porque aún mantienen cerradas sus fronteras.