Opinión
Ver día anteriorDomingo 7 de junio de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
No sólo de pan...

De cambiar la estrategia

N

o necesito reafirmar mi convicción militante por la llamada 4T, por lo mismo, mi obligación es participar en vez de callar cuando tenemos argumentos que podrían apuntalarla o incluso servirle estructuralmente cuando ya es un grito mundial denunciar, como la peor consecuencia de la pandemia, el hambre. Y es que la salud y la economía coinciden en una palabra, que poco a poco se evoca como un descuido nacional e internacional, la alimentación; que debería ser universalmente sana, soberana y sustentable, creadora de pleno empleo y proveedora del mercado interno antes que de exportaciones. Dicho en otras palabras, por fin reaparece la alimentación como el derecho humano a la vida, tanto de las personas como del entorno natural y social en que nos reproducimos y evolucionamos.

Siendo un tema amplísimo, aquí queremos ejemplificar nuestra preocupación con la desviación de propósitos de un régimen de cambio, que significa dispersar fondos entre campesinos y desocupados del campo para sembrar millones de árboles maderables y frutales, cuya lógica reproduce modelos extractivistas dirigidos al mercado de exportación, a fin de generar ingresos en la economía del país, ignorando o sabiendo que este modelo empobrece la tierra, contamina el agua y hace dependientes del consumo de productos agroindustriales a los productores. Sin contar con que estos monocultivos ya están contribuyendo a destruir la biodiversidad natural de la selva, pues los campesinos empobrecidos la desmontan para recibir dinero, en vez de que éste les sirviera para producir alimentos. ¿Por qué no, en cambio, hacer inversiones fuertes y necesarias para restaurar las milpas de cooperativa? ¿O acaso los plantadores recibirán salarios para sobrevivir cinco, 10 o 15 años, hasta que sean explotables esos árboles?

Otro ejemplo, triste, es que la 4T no pueda adecuar el encomiable regreso de los trenes (que también adoré de niña) con el desarrollo autogestivo de cadenas de comunidades en sus márgenes, produciendo alimentos sanos, culturalmente auténticos y atractivos para un turismo ecológico y controlado por los habitantes. Peor aún, es inaceptable que la 4T se sustente en promover desarrollos urbanos para el turismo masivo en favor de las finanzas públicas y, sobre todo, privadas, a costa de empobrecer y encanallecer poblaciones sometidas a la lógica de un proyecto que, sin embargo, podría y puede compartir los beneficios, con una convivencia entre el sistema capitalista que lo inspira, y un modelo progresista de autogestión de los pueblos milperos, cuya cultura tanto admira el Ejecutivo, pero tal vez sin considerar todavía que ésta nace precisamente del modo ancestral de producir su sustento con los cientos de milpas distintas, aprovechando diversos medios naturales con una sabiduría sin par, que las políticas agrícolas de antes, y ahora la 4T, se sigue empeñado en destruir en favor de los monocultivos de exportación. Cuya moneda de cambio es, por cierto, el consumo nocivo de productos agroindustriales.

Quieran los responsables del Tren Maya ver y escuchar la entrevista hecha a la antropóloga Paloma Escalante Montalvo en el programa De buena fe (Canal 11-IPN) sobre su trabajo de campo en las zonas Norte de Cancún y de Bacalar, al sur. Tal vez comprendan algo sobre la milpa maya, la contaminación de pozos y el rechazo de las comunidades a la urbanización…, porque no basta la mano alzada.