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Pandemia
Mal manejo de residuos hospitalarios pone en riesgo al personal de limpieza

Trabajador denuncia que se les obliga a laborar sin equipo de protección adecuado

 
Periódico La Jornada
Lunes 1º de junio de 2020, p. 7

En el contexto de la emergencia sanitaria por el Covid-19, los hospitales que atienden a personas contagiadas están generando una gran cantidad de desechos biológico-infecciosos, pero no siempre los manejan de forma adecuada ni protegen a los empleados de limpieza encargados de dicha labor, lo cual pone en peligro a uno de los eslabones básicos del personal de salud que hace frente a la pandemia.

Así lo denunciaron trabajadores de intendencia de hospitales públicos, quienes señalaron que en muchas ocasiones son obligados a laborar sin equipo de protección adecuado, con jornadas extenuantes y en medio de represalias económicas si se quejan.

Un ejemplo de dicha situación es el Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI, del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde en ocasiones no se lleva a cabo la separación de basura debido a la insuficiencia de material para ello, de acuerdo con un empleado que prefirió no revelar su nombre.

El trabajador explicó en entrevista que los desechos regulares se guardan en bolsas verdes, mientras los residuos peligrosos, biológicos e infecciosos (RPBI, como jeringas, gasas, cubrebocas, vendas, guantes y gorros) se separan en bolsas rojas, pero no siempre hay sacos de este último color, por lo que en muchas ocasiones toda la basura se mezcla.

El proceso de manejo de los desechos peligrosos implica sacar de los botes las bolsas llenas, llevarlas a mano hasta la planta baja, ponerlas en una góndola o carrito metálico sin tapa, y trasladarlas por dos bloques de edificios hasta los contenedores, de donde son recogidas por una compañía particular.

Los empleados de limpieza también se encargan de asear los pasillos y los cuartos donde se ubican las camas de pacientes con Covid-19 (81, en tres pisos), así como limpiar los baños y las bacinicas que utilizan las personas contagiadas.

Una tercera faena es la de desinfectar las zonas por donde se traslada a enfermos y personas fallecidas.

Para llevar a cabo este trabajo, a los empleados únicamente se les dota con cubrebocas, gorros, caretas y guantes de plástico muy sencillos, por lo que muchos miembros del personal de intendencia han optado por adquirir batas, mascarillas N95, goggles y guantes de carnaza, pagados con sus propios recursos. Aun así, una trabajadora de limpieza y el propio jefe de ese departamento ya sufrieron contagios confirmados de Covid-19.

Un escenario similar se vive en algunos hospitales del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado. En el informe El costo de curar. Los derechos de las personas trabajadoras de la salud durante el Covid-19, la organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI) documentó el caso de Alejandro, un empleado de 70 años de edad, quien laboraba en un área de pacientes de coronavirus.

De acuerdo con el estudio realizado por AI, el hombre ganaba poco más de 110 pesos al día, y cuando solicitó a la empresa que lo contrató ser reasignado a zonas donde no tuviera riesgo de contagio, se lo permitieron, pero a cambio le redujeron el salario en cerca de 16 por ciento.