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¿La fiesta en paz?

Escasean figuras y bravura por falta de rivalidad y exceso de comodidad: Francisco Camino Gaona

A

sí como se desaprovecha a ganaderos escrupulosos y toreros magníficos, no pocos profesionales conocedores de la fiesta, empresarios, aficionados, artistas y comunicadores son marginados por un sistema taurino cerrado, imprevisor y autocomplaciente. En ese grupo cabe el abogado Francisco Camino Gaona, primogénito del fino diestro sevillano y figura universal del toreo, Paco Camino, y nieto del doctor Alfonso Gaona, muy probablemente el mejor empresario taurino que ha habido en el país, dada la cantidad de diestros taquilleros que surgieron durante su gestión al frente de plazas como El Toreo y la Monumental México. Formación e información excepcionales de la industria taurina posee pues Francisco, quien de entrada aclara: “yo no sé de toros, de eso saben los toreros; yo entiendo del negocio taurino y sus intríngulis pero, para variar, han faltado oportunidades.

Con motivo de la pandemia, añade, “tenemos que ponernos las pilas todos y encontrar nuevas fórmulas y propuestas más atractivas, pues sin público en la plaza al espectáculo se le quita el tercer protagonista, tan importante como el toro y el torero. Desde luego, se deberán regular y moderar salarios, precios y costos, pero en principio se trata de perder menos, no de ganar más, de obtener los mínimos cada sector y, a la vez, recuperar bravura e interés, al tiempo que las empresas se convencen de ofrecer propuestas menos predecibles y monótonas, poniendo énfasis en una publicidad fincada en el toro y en la rivalidad.

“¿Por qué en México no tenemos figuras? Por diversos factores, empezando por el empresarial. En España hay varias empresas y diferentes criterios, aquí en las últimas décadas hubo dos y ahora sólo una realmente importante con varios gerentes operativos que gestionan bajo un mismo criterio y por un salario, más que por rigor de resultados a partir de una inversión propia. En este sentido, en España nos llevan años luz de experiencia. Luego de los maestros Gaona, Armillita y Arruza no ha habido un diestro mexicano que logre mandar en España, y en los últimos 50 años los únicos extranjeros que se han justificado y sostenido allá son el colombiano César Rincón y el peruano Andrés Roca Rey, hechura ambos del sistema español. En contraste, ¿cuántas corridas les dan en España a nuestros toreros considerados importantes?

“Figura es la que puede encerrarse con seis toros y agotar el boletaje. Los demás, como dices, figuran. Tenemos escasez de figuras gracias a un sistema cerrado y autocomplaciente, a la falta de rivalidad, exceso de comodidad y conformismo generalizado, así como a una bravura carente de exigencia y transmisión al tendido. Por eso urge poner a competir a los buenos toreros mexicanos, figuren o no, y ofrecer carteles más abiertos, con un ingrediente que se ha perdido: la emoción en toros y toreros, con incentivos para estos y más atractivo para el público, dispuesto a apasionarse si le dan motivos, no tapujos.

El trabajo del empresario es como el de un buen cocinero: combinar con sensibilidad e imaginación los ingredientes, incluidas la creatividad y la pasión para recuperar un ambiente que ahí está pero no se ha sabido sazonar por la deficiente combinación de ingredientes. A la falta de figuras y de bravura hay que añadir la falta de empresarios capaces de volver a meter a la gente a las plazas, desechando criterios como el de que quien no triunfa una tarde no repite. Hay que bajar humos y vanidades de unos y otros. La fiesta de México tiene que recuperar humildad e imaginación. Hay una docena de buenos novilleros que por ningún motivo deben ser desaprovechados. La mejor vacuna será cambiar criterios y corregir vicios si queremos que las cosas mejoren, advierte el desaprovechado Camino Gaona.