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No más atraco a la CFE // Fuera contratos leoninos

A

nte el griterío de la cúpula empresarial por los recientes anuncios del gobierno de la República en materia de energía, el presidente López Obrador es claro: se acabó el asalto a las empresas del Estado, concretamente la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y, Constitución en mano, a los olvidadizos les recuerda que corresponde exclusivamente a la nación la planeación y control del sistema eléctrico nacional, así como el servicio público de transmisión y distribución de energía eléctrica.

Con contratos a modo y totalmente lesivos al interés nacional, a lo largo de los seis gobiernos neoliberales las empresas privadas –fundamentalmente trasnacionales y de ellas las españolas en primerísimo lugar– hicieron lo que les vino en gana en el sector eléctrico –como en tantos otros– y silenciosamente desplazaron a la CFE en la generación de energía eléctrica, con la colaboración de muchos funcionarios públicos que, ya en el plano civil, terminaron laborando para esos mismos consorcios (croquetas para ex inquilinos de Los Pinos, ex secretarios de Energía, ex secretarios de Comunicaciones y Transportes, ex directores de la CFE y demás).

Al cierre del sexenio calderonista, un análisis de la Cámara de Diputados dio cuenta del panorama: La generación de energía eléctrica por los permisionarios privados aumentó a una tasa media anual de 26.4 por ciento, destacando el crecimiento y volumen generado de los productores independientes de energía (PIE), el autoabastecimiento y la cogeneración: su contribución en el volumen generado pasó de 4.3 por ciento en 2000 a 40.3 por ciento en 2009 (al cierre del sexenio peñanietista esa proporción se acercó a 50 por ciento), porque la capacidad de la CFE se ocupa parcialmente, debido a que se privilegia la generación potencial de los privados.

Desde 2000, detalla el análisis, los permisionarios venden electricidad a la CFE, la cual es colocada en el segmento que es el más rentable: el doméstico, donde se encuentran los más altos costos de suministro. Los permisionarios tampoco corren riesgos: venden la energía comprometida a la Comisión y, aunque haya paros o una menor demanda, la paraestatal tiene que colocar los excedentes al costo que sea necesario, porque la electricidad no se almacena. Las altas tarifas de la electricidad no son producto exclusivamente de la energía generada por el servicio público; también se derivan de los altos costos de interconexión de los PIE y del gas natural, que es el único combustible que ellos utilizan.

Por ello, López Obrador subrayó que los gobiernos neoliberales “entregaron el mercado de la electricidad a particulares, violando la Constitución; en el salinato otorgaron contratos a empresas particulares nacionales, pero fundamentalmente extranjeras, que luego se llevaron a trabajar a los altos funcionarios públicos que les permitieron esas privatizaciones; hasta un ex presidente de la República se fue de consejero a una empresa española.

Otorgaron contratos leoninos muy favorables a las empresas, tanto en la adquisición de gas como en la compra de la energía eléctrica, dejando de lado a la CFE, con un plan de cerrar sus plantas para entregar todo el mercado a las particulares, al grado de que llegaron a vender a la Comisión 50 por ciento de la energía eléctrica que consumimos en el país.

Entonces, con las nuevas disposiciones, estamos poniendo orden, no ha aumentado el precio de la luz como ellos lo hicieron, pero necesitamos que no siga el saqueo del periodo neoliberal. Los empresarios están en todo su derecho de acudir a los tribunales, como también nosotros, en el marco de la legalidad vigente y en defensa de los intereses de los mexicanos. Pero la verdad, dijo, es para que ofrecieran disculpas, no para que demanden.

Las rebanadas del pastel

Y como no saben otra, ahora disfrazadas de ambientalistas, las trasnacionales eléctricas beneficiadas por los gobiernos neoliberales ya comenzaron la campaña: Pérdida de confianza, incertidumbre, amparos, etcétera.