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El virus nos quitó de las manos la idea del futuro bajo control

Sergio Ramírez participó en el Festival Alfonsino, que organiza la UANL // Aspiremos a los valores de entrega que han florecido en la crisis, expresó el escritor

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▲ En el encuentro virtual, el Premio Cervantes y colaborador de La Jornada, apuntó, ante miles de internautas conectados, que el miedo a la muerte, por mucho que vivamos en el siglo de las grandes luchas tecnológicas, sigue siendo ese oscuro y pequeño animal de presa que llevamos escondido. En la imagen, el escritor en 2015.Foto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Martes 19 de mayo de 2020, p. 3

La pandemia por Covid-19 nos alteró la idea de futuro evolutivo, y de la noche a la mañana nos vemos colocados en una dimensión desconocida. Un virus quitó de nuestras manos algo muy preciado: la idea del futuro bajo control, dijo el escritor Sergio Ramírez durante su participación en el Festival Alfonsino ¡Reyes se queda en casa!

Organizado por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), el encuentro cultural se realiza de manera virtual desde Monterrey, a través de las redes sociales de esa casa de estudios.

El Premio Cervantes nicaragüense insistió en que tememos no poder hacer a nuestra medida el futuro. La incertidumbre, el primer fruto de las pestes, junto con la inseguridad, se introduce en nuestras vidas, de modo que nuestra primera aspiración de futuro debe ser vivir en un mundo que no rebaje sus parámetros éticos como garantía, y que, por el contrario, los aumente.

Ante miles de internautas que se conectaron para escucharlo, el autor añadió: Aspiremos a que, como fruto de la crisis, la humanidad sea más humana y no desprecie en el porvenir los valores de solidaridad y entrega que tanto han florecido estos meses de incertidumbre, temor y angustia.

El autor de Margarita, está linda la mar citó una frase del Quijote, de Miguel de Cervantes: Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas; porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca.

Sergio Ramírez consideró, a manera de metáfora, que estamos dentro de una película de catástrofes, y no hay que perder de vista que el miedo a la muerte, por mucho que vivamos en el siglo de las grandes luchas tecnológicas, sigue siendo ese oscuro y pequeño animal de presa que llevamos escondido, dispuesto a saltar a la menor incitación.

En esta cinta que cada quien protagoniza, continuó, “no habrá un corte de escena de la noche de terror hacia el alba limpia de amenazas; más bien deberemos acostumbrarnos a convivir con el enemigo invisible, cuidándonos de su acecho y buscando mantenerlo a raya, sabiendo que está entre nosotros.

“Estamos viviendo en una de esas novelas pesimistas de futuro, en la que nos metimos de la noche a la mañana, como dentro de El diario de la criada, de Margaret Atwood, donde, de repente, tras un golpe de Estado, el orden social cambia las relaciones del ciudadano frente a la autoridad, una dictadura ideológica y puritana; o como dentro de la serie Black Mirror: realidades paralelas que parecen estar ocurriendo en un futuro inmediato pero que están sucediendo ahora mismo.”

Que el control sanitario no se vuelva control político

“Dimos un pequeño salto imprevisto y estamos metidos dentro de ese nuevo mundo. ¿Quién nos iba a decir en enero que íbamos a estar viviendo un aislamiento voluntario? Es una experiencia desconcertante, lo hemos comprobado. Nunca tuve en mi vida una semejante, y eso que he pasado por guerras, revoluciones, he vivido en el exilio, pero ninguna como ésta, porque no es mi experiencia nada más, sino la de todo el mundo en decenas de países.

“Por tanto, es una experiencia de consecuencias globales. ¿Cuál será la consecuencia de la pandemia en los países pobres? Para empezar, la evidencia de que vivimos en un mundo de dos pisos quedarán como nunca al desnudo, como ya está quedando al desnudo la precariedad de los sistemas sanitarios.

“La recesión que afectará a los países ricos como nunca desde el crac de 1929, tendrá efectos graves sobre las economías más débiles y desordenadas, países pobres donde las nuevas reglas de conducta social a distancia no serán fáciles de establecer, porque nuestra realidad de la vida diaria las contradice. ¿Educación a distancia sin computadoras personales? ¿Trabajo en casa donde las ocupaciones informales obligan a la gente a salir a la calle en busca del sustento? ¿Distancia social donde reina el hacinamiento?

“La verdad es que el futuro, tan lejano que nos parecía, se nos vino encima. ¿Cómo será? Por lo menos distinto; lo importante es que no sea peor, que no vivamos estados policiacos o bajo el ojo siempre despierto del Gran Hermano de la novela 1984, de Orwell, un mundo en el que bajo pretextos sanitarios se sacrifiquen nuestras libertades.

Que pueda quedar atrás, para siempre, esa idea del control, cuando deje de ser necesaria, y que el control sanitario no se llegue a transformar, nunca, en control político. Que la demagogia no termine imponiéndose otra vez, concluyó el también colaborador de La Jornada.

La conferencia completa se puede consultar en la página de Facebook de la Secretaría de Extensión y Cultura de la UANL: https://www.facebook.com/CulturaUANL.