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Tras la pandemia, los museos deberán retomar modelos más modestos: Cuauhtémoc Medina

Jornada especial Historiadores del arte frente a situaciones de emergencia, distancia y confinamiento del IIE

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▲ Para el historiador, el arte y los museos serán un elemento clave en el tejido de cualquier proyecto de civilización futura.Foto Captura de pantalla
 
Periódico La Jornada
Sábado 16 de mayo de 2020, p. 3

En este momento de crisis sanitaria, ¿el museo se piensa como espacio muerto? Más bien es un ente en coma inducido, respondió el teórico Cuauhtémoc Medina a la pregunta que le hizo Iván Ruiz, director del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al inicio de la jornada especial Historiadores del arte frente a situaciones de emergencia, distancia y confinamiento, transmitida el jueves 14 por el canal de YouTube del IIE.

El primer ciclo de cuatro conferencias empezó con el tema Curaduría, museos, instituciones y confinamiento, a cargo del curador en jefe del Museo Universitario Arte Contemporáneo (Muac).

Medina recordó que los espacios culturales no se pueden abandonar así nada más, cerrando la puerta y apagando la luz. En la tercera semana de marzo pasado en los museos de la UNAM tuvimos que dedicarnos a improvisar toda una rutina de cierre seguro y responsable de instalaciones. En pocos días reforzamos la seguridad de las obras, en parte retirando parcialmente las exposiciones para guardar en la bodega las obras en mayor riesgo potencial. Establecimos acuerdos con la universidad para mantener la vigilancia y, al mismo tiempo, creamos acuerdos mínimos con las instituciones y prestamistas de los proyectos que compartimos.

En las últimas semanas una variedad de voces y plumas reflexionan sobre el efecto que tendrá la pandemia en toda clase de la estructura social. Para el investigador del IIE, una de las instituciones que tiene una relación, al parecer, de más constante alusión en el porvenir, es el museo, en particular el de arte moderno.

“Por todos lados se hace una autopsia por adelantado. Se habla del museo lleno de visitantes y turistas, la exhibición, el intercambio de objetos a través de océanos y continentes, la promiscuidad de ojos, lenguas y cuerpos en exposiciones cada vez más costosas, todo eso se habrá de abandonar por un modelo modesto, local y ajustado a la experiencia.

“Se nos adelantan no sólo a que va a haber un cambio súbito, sino algo que se asoma como una restauración: la vuelta a valores supuestamente originales. En los siguientes dos años la práctica de los museos y otros espacios culturales y sociales tendrá que adaptar su actividad bajo normas, protocolos y formas de operación que antes no imaginábamos siquiera.

En este momento mismo, el personal del Muac y la Dirección de Artes Visuales de la UNAM está ocupado en producir un protocolo por escrito que definirá la propuesta de lo que será un museo seguro al momento en que la actividad de visitas se reanude.

Según el investigador del IIE, esto no es suficiente para explicar la ansiedad por el futuro de los museos: “Este fenómeno es sintomático; es añadir a la incertidumbre una serie de fantasmas y conflictos morales. Pareciera que se cuela en la visión de la catástrofe el reproche moral y político por los cambios que han tenido los museos en los decenios pasados.

Hoy aparece una especie de tentación de autocastigo moral. Parece que estamos incómodos ante el hecho de que éstos eran templos de una cultura prestigiosa y minoritaria que ha sido recientemente masificada. Pareciera que estamos ante la espera de una especie de regreso de pureza, de soledad original. Ésta es una idea muy perniciosa.

Los museos habrán de entrar en etapas de experimentación muy intensas. De acuerdo con Medina, la crisis del Covid-19 abrirá la oportunidad para cuestionar “las metodologías meramente mercantilistas que podrían desviar el sentido de algunas instituciones y la obsesión por generar estrategias fallidas que aprovechaban la estructura del museo para promover productos falsificados.

“Quiero pensar que asumir seriamente el peligro que colectivamente estamos confrontando nos obligará en el futuro a invertir no sólo en hospitales y aparatos médicos, sino en crear una ciudadanía capaz de juicio científico, de manejo de información, de combinar razón y sensibilidad.

Por el momento, no tenemos otra forma de producir ciudadanía sensible más que mediante el consumo de arte y cultura. El arte y los museos serán un elemento clave en el tejido de cualquier proyecto de civilización futura.