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Discrepancias en el manejo de la pandemia

Bolsonaro destituye al ministro de Salud en plena crisis por el Covid-19

Lula compara al presidente brasileño con el capitán del Titanic; mientras el barco se hundía, él fingía que no pasaba nada

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▲ El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, presentó ayer al nuevo ministro de Salud, el oncólogo Nelson Teich (a la derecha).Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Viernes 17 de abril de 2020, p. 28

Brasilia. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, destituyó al ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, tras semanas de discrepancias por el manejo de la crisis de la pandemia del coronavirus, en la que el funcionario cesado defendía el distanciamiento social para frenar su propagación, y el mandatario, que calificó al Covid-19 de una gripecita, rechaza paralizar la economía y promueve encuentros masivos.

Hasta ayer iban mil 924 muertos y 30 mil 425 contagios en el país amazónico, pero investigadores creen que la cifra es 15 veces mayor a los datos oficiales.

Horas antes de la destitución de Mandetta, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva comparó el desempeño de Bolsonaro con el capitán del Titanic, quien mientras el barco se hundía fingía que nada pasaba.

Acabo de escuchar del presidente Jair Bolsonaro el aviso de mi renuncia al Ministerio de Salud, escribió Mandetta en su cuenta de Twitter. Quiero agradecer la oportunidad que se me brindó para ser el gerente del SUS (Sistema Único de Salud) y poner en marcha el proyecto para mejorar la salud de los brasileños y planear cómo enfrentar la pandemia del coronavirus, el gran desafío que enfrenta nuestro sistema de salud, escribió Mandetta, médico con especialidad en ortopedia infantil.

El también diputado del partido Demócratas y por el estado de Matto Grosso do Sol rechazó antier la renuncia de Wanderson Oliveira, uno de sus colaboradores, y aseguró que él sólo se retiraría del puesto cuando Bolsonaro lo destituyera.

El mandatario, quien se ha tomado fotos con seguidores en medio de la crisis sanitaria, intentó despedir al ministro desde el 6 de abril, pero dos generales lo convencieron de no hacerlo, lo que fue reportado por La Jornada en su momento (shorturl.at/aftyz).

En las últimas semanas, Mandetta y Bolsonaro expresaron públicamente divergencias sobre el alcance y extensión de las medidas de confinamiento social.

El oncólogo Nelson Teich fue nombrado nuevo ministro de Salud después de una carrera muy vinculada a la salud privada. Según el diario O Globo, Teich es socio de Teich Health Care, consultora privada de servicios médicos.

Brasil es el país latinoamericano con más víctimas provocadas por la pandemia que golpeó antes a Asia, Europa y Estados Unidos. En el último balance, las autoridades notificaron mil 736 muertos.

El pico de contagios se espera a partir de mayo.

Pero según estimaciones del grupo Covid-19 Brasil, colectivo de investigadores universitarios, había 313 mil 288 infectados el sábado pasado, 15 veces más que los 20 mil 727 confirmados hasta ese momento por el Ministerio de Salud (el miércoles, el número de casos corroborados era de 28 mil 320).

La enorme diferencia se debe, en este país de 210 millones de habitantes, a que la tasa de detección es muy inferior a la de otros países.

En Brasil, la proporción es de 296 personas evaluadas por un millón, cifra insignificante en comparación con Alemania (15 mil 730), Francia (5 mil 114) o Irán (3 mil 421).

Brasil está en una posición muy mala y sólo podemos resolver el problema con una detección masiva, indicó Domingos Alves, miembro del grupo Covid-19 Brasil y jefe del Laboratorio de Inteligencia en Salud de la Universidad de Sao Paulo.

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▲ Luiz Henrique Mandetta fue cesado del cargo de ministro de Salud, tras semanas de diferencias con el mandatario brasileño sobre imponer el distanciamiento social para frenar la propagación del Covid-19.Foto Afp

Alves deploró la lentitud de los resultados de los exámenes, que obliga a muchas familias a enterrar a sus muertos sin tener confirmación de la causa de muerte.

En los hospitales públicos las instrucciones son claras: sólo se debe hacer pruebas a los casos graves.

Recibimos gran cantidad de casos sospechosos en la sala de emergencias, pero sólo hacemos examen a los que serán hospitalizados, afirma Fred Nicacio, médico de emergencias en Bauru, estado de Sao Paulo.

Para los casos sospechosos, sólo prescribimos una cuarentena en el hogar durante dos semanas. Muchas personas infectadas no entran en los registros, sencillamente porque no pudimos analizarlas, agregó.

La situación se complica aún más porque Bolsonaro cuestiona las medidas de confinamiento adoptadas por los gobernadores en casi todos los estados, alegando que los daños económicos pueden ser más graves que la enfermedad.

Dimas Covas, presidente del Instituto Butantan, encargado de coordinar las pruebas en el estado de Sao Paulo, reconoce que las cifras oficiales son inferiores a la realidad.

Para obtener datos más acordes con la realidad, se espera que lleguen pronto a Brasil 1.3 millones de pruebas importadas de Corea del Sur, de las cuales 725 mil fueron entregadas el martes.

Lula tuiteó ayer: El país está a la deriva. Es un navío sin rumbo en medio de la pandemia.

Lula condenó en la plataforma digital la postura del gobierno que –dijo– se apresura a rescatar a los banqueros y promueve una lenta distribución de la ayuda de 600 reales (120 dólares) a los trabajadores independientes.

Ahora, si toma tanto tiempo para poner el dinero en la mano del pobre, ¿por qué llega tan rápido a la mano del banquero?, preguntó el fundador del Partido de los Trabajadores (PT).

Recordó que XP (corredora de inversiones de valores) fue tras el ministro de Economía, Paulo Guedes, y rápidamente liberaron billones de reales en el mercado financiero.

En casi todas las regiones de Brasil, miles de trabajadores denuncian que no pueden obtener los 600 reales proporcionados por la administración federal como ingresos de emergencia durante el periodo de la pandemia.

No veo otra salida para Brasil si el gobierno no toma la decisión de producir más dinero y ampliar su base monetaria. Pueden invertir ese capital en obras públicas, en reconversión industrial y en pequeñas y medianas empresas, para que no haya despidos, declaró el ex gobernante.

Anoche las principales ciudades de Brasil eran escenario de cacerolazos contra Bolsonaro. En el barrio de Glória, en Río de Janeiro, vecinos gritaban desde las ventanas de sus casas: Bolsonaro, genocida.

Los cacerolazos se repiten a diario desde hace casi un mes contra la gestión del líder neofascista durante la emergencia por el coronavirus, y aunque en los últimos días habían perdido intensidad, se reactivaron tras el cese de Mandetta.