Opinión
Ver día anteriorViernes 27 de marzo de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Penultimátum

La ciencia detendrá la pandemia, no la religión

C

uando el coronavirus llegó a Irán, el guía supremo de ese país, Alí Jamanei, aseguró que no era una tragedia de grandes dimensiones y que antes habían superado problemas más graves. Por ello Jamenei pidió rogar a Dios buscando la intercesión del profeta y orar para proteger al país y a su líder de cualquier tipo de plaga.

La nueva, aseguró, se irá gracias a la tarea conjunta de la ciudadanía y los sectores gubernamentales, ‘‘que se convertirán en una gran fortaleza contra los enemigos del islam’’. Para ello los creyentes deben confrontar la pandemia con ‘‘una yihad sanitaria que rechazará este ataque que nuestros enemigos lanzaron sobre el país’’. Hasta ayer en Irán suman 2 mil 200 muertos por el coronavirus.

En la religión católica se recurre a la devoción a la Virgen María, a Cristo y a los santos para contrarrestar enfermedades, plagas y desastres causados o no por el hombre. Esa devoción se expresa con rogativas, procesiones, la coronación de imágenes, llevar medallas o estampitas cerca del cuerpo como protección; hacer promesas para que ‘‘el mal’’ desaparezca; participar en peregrinaciones a santuarios con fama de milagrosos.

Cuando las plagas y desastres azotaron a Europa en la Edad Media, se pidió detenerlos a deidades y santos. Era la ira divina desatada por los pecados de la gente. Las causas eran otras, entre ellas, la insalubridad. Pero atribuir al castigo divino lo que sucedía fue otra forma utilizada por la Iglesia para afianzar su poder.

Fue así cuando en México gobernaba la corona española y su aliada espiritual: la religión impuesta por la Conquista. Gracias a las Leyes de Reforma y a la Revolución de 1910, México es un Estado laico y lo religioso asunto de cada quién.

Por la pandemia del coronavirus no faltaría quien esperara del papa Francisco invocaciones a lo divino. O pidiera a la feligresía portar medallas o estampitas para ahuyentar el mal. No lo hará, pues sabe que sólo la ciencia y oportunas medidas de prevención detendrán la pandemia. No la religión.