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Alertan creadores independientes sobre su indefensión económica ante el coronavirus

Fueron los primeros en suspender actividades y ahora solicitan apoyo gubernamental // En La Titería, Casa de las Marionetas, ‘‘nos sentimos como en el limbo’’, señala Lourdes Pérez Gay

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▲ Vista del teatro La Capilla, ubicado en Coyoacán. Imagen tomada de su página oficial.
 
Periódico La Jornada
Jueves 26 de marzo de 2020, p. 4

El impacto en las artes escénicas por la contingencia sanitaria del coronavirus es de ‘‘una profunda preocupación”, pues afecta en el plano económico a los creadores porque se han cancelado, pospuesto o reprogramado estrenos, restrenos, temporadas en curso, talleres y viajes de compañías mexicanas a otros países, así como la visita de dramaturgos extranjeros a México.

Creadores escénicos consultados por La Jornada coinciden en que están en lo que podría ser el comienzo de una crisis económica, pues al cerrar los espacios teatrales independientes, buscarán apoyos de las secretarías de Cultura federal y de la Ciudad de México.

Los foros independientes fueron los primeros en suspender actividades, adelantándose a la instrucción de las autoridades de gobierno y culturales, que una semana después ordenaron cerrar teatros, museos, cines, iglesias y bares.

Efectos en la convivencia entre padres e hijos

Abraham Jurado, integrante de Carretera 45, compañía con más de siete años de trayectoria y con una iniciativa de ‘‘teatro de barrio”, que desarrolla en la colonia Obrera, comparte su preocupación. ‘‘Hemos tenido que cancelar temporadas de las obras Wilma y Arrullos para Benjamín; además, íbamos a arrancar un taller de danza para actores. No sabemos aún cómo vamos a reprogramar las otras piezas que estaban por presentarse, pues teníamos hasta una lista de espera. El asunto es que muchas personas cancelaron de último momento.”

Para Jurado, la contingencia es un asunto muy complicado. ‘‘Como artistas siempre estamos en la cuerda floja. Dependemos mucho de la taquilla, los talleres y la asistencia del público; en estos momentos estamos a la deriva, pues no sabemos exactamente qué va a pasar.

‘‘Somos muchos los creadores escénicos que estamos viviendo una situación similar”, añade. ‘‘El impacto afecta no sólo a los actores de teatro, sino también a los que hacen televisión, porque también se pararon los castings para las nuevas producciones.”

Si la contingencia se alarga, considera el también actor, ‘‘el impacto será cultural y económico, porque todo proyecto teatral implica cuadrar calendarios. Es importante saber que los espacios independientes se sustentan económicamente con distintos proyectos escénicos articulados al mismo tiempo, de ahí que muchas iniciativas se pueden venir abajo y entraremos en una fuerte crisis, pues dependemos de la presencia del público”.

La contingencia sanitaria también repercute en el teatro dirigido a niños, niñas y jóvenes, así como en la convivencia entre los padres de familia y sus hijos, refiere Lourdes Pérez Gay, quien junto con Amaranta Leyva y Lucio Espíndola fundó La Titería, Casa de las Marionetas.

‘‘Estamos muy preocupados. Nos sentimos como si estuviéramos en el limbo. Hemos tenido que cerrar nuestra fuente de trabajo y cancelar las funciones programadas, unos talleres en el estado de México y la visita al país de creadores escénicos canadienses con los que íbamos a estrenar la obra Aprendiendo y olvidando, de Amaranta Leyva.

‘‘Los padres de familia, quienes de cierta forma organizan los tiempos con sus hijos, nos han preguntado si La Titería va a abrir. Pero no podemos. La cuestión es que los niños, al permanecer en casa, se van a convertir en un problema. Un adulto puede, más o menos, aguantar un tiempo encerrado, pero para los niños no es tan fácil. Ir al teatro, para padres e hijos, es siempre una alternativa. Con la contingencia no sabemos qué va a ocurrir.

‘‘Las autoridades culturales tendrían que pensar en que existimos. Ellas seguirán recibiendo sus sueldos, pero los no asalariados estamos por vivir un quiebre”, alerta.

Implementan Escuela de Niños Titiriteros

En La Titería, Casa de las Marionetas, han articulado actividades semanales ‘‘para jugar, escribir y hacer teatro desde casa, desde su canal de YouTube y su cuenta de Facebook”, explica la dramaturga Amaranta Leyva. Se trata, indica, de atender a los niños. ‘‘En respuesta a padres de familia, pues están preocupados por sus hijos, los jueves subiremos grabaciones de obras de títeres y lecturas dramatizadas, pero más allá de esas transmisiones se buscará un diálogo con los chicos en tiempo real frente a la computadora con el títere de la vaca, la imagen de La Titería, para escuchar sus inquietudes e ideas.

‘‘Hemos implementado también la Escuela de Niños Titiriteros, donde los pequeños tomarán clases en línea para escribir y hacer una obra, un trabajo en equipo, que se efectuará del 6 al 24 de abril para que los infantes expresen qué piensan y sienten en estos momentos.’’

Por otro lado, el teatro La Capilla y la sala Novo son espacios en los que se presentan de lunes a domingo unas 15 obras de teatro, lo que implica el trabajo de un abundante grupo de actores y agrupaciones independientes. ‘‘Todos ellos también han tenido que suspender actividades”, destaca Boris Schoemann, director artístico de La Capilla.

Son en su mayoría jóvenes teatristas que invirtieron en sus montajes y en difusión. ‘‘La inquietud es que no sabemos si sólo es un mes, dos o tres meses’’, acota.

De acuerdo con Schoemann, el impacto de la contingencia para los artistas que viven de las pequeñas temporadas, de impartir un taller, que no son asalariados, es de profunda preocupación en el plano económico, ya que puede haber propuestas culturales alternativas vía Internet de manera solidaria, pero eso no genera recursos económicos para los creadores, a menos que las autoridades culturales los apoyen con un fondo para subsidiar a los que se han quedado sin trabajo.