Sociedad y Justicia
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Alarmante, el uso de vapeadores entre adolescentes

Dispositivos no son alternativa para dejar de fumar y contienen sustancias nocivas: especialista

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▲ Manifestación afuera del Senado para evitar que se prohíban los cigarrillos electrónicos.Foto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de marzo de 2020, p. 29

En México cerca de un millón de adolescentes ha probado alguna vez un cigarro electrónico, vapeador o E-Cig. Son usuarios, por lo menos, 160 mil, de los cuales 115 mil son hombres y 45 mil, mujeres.

Cuatro millones de adultos lo han utilizado al menos una vez, pese a no estar avalado por la Secretaría de Salud (Ssa) como alternativa para dejar de fumar y se considera que causa una nueva enfermedad, trastornos de lesión pulmonar asociada al vapeo, clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Pese a esto, su consumo en el país va en aumento. Actualmente se vive un auge, advierte Juan Arturo Sabines Torres, director de la Oficina Nacional para el Control de Alcohol y Tabaco de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), quien señala que en el país el uso de estos aparatos por menores de edad está prohibido y desde 2008 su comercio, venta, distribución, exhibición, promoción y producción tampoco están permitidos, así como su importación, penalizada desde el 19 de febrero pasado.

Sin embargo, afirma Sabines, la industria del tabaco está creando nuevos dispositivos y productos que buscan la perpetuación de la adicción a la nicotina, principalmente entre adolescentes. A pesar de que se promueven como opción para dejar de fumar, la mayoría de los usuarios menores de edad no había consumido tabaco convencional antes de un E-Cig, es decir, lo que se busca son consumidores cautivos.

En entrevista con este medio, destaca que los 938 mil menores que han probado un vapeador y los 160 mil adolescentes detectados en 2016 como usuarios de sistemas electrónicos de administración de nicotina y de sistemas similares sin nicotina, conocidos como cigarrillos electrónicos, pueden haberse incrementado considerablemente.

Nuestra estimación es que pueden ser muchos más. El Instituto Nacional de Salud Pública hizo un estudio hace dos años en Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México en población de educación secundaria y detectó un porcentaje de usuarios de cigarros electrónicos. Un año después se midió nuevamente el consumo, y éste se duplicó en este grupo, por lo que las alertas están encendidas, explicó.

A su oficina, aseguró, llegan peticiones de escuelas y de padres de familia que reportan un elevado consumo de cigarros electrónicos por adolescentes. Entre otras razones, porque quienes están a favor del vapeo aseguran que estos sistemas novedosos de nicotina son 95 por ciento menos nocivos que el tabaco, lo cual es una mentira.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud y Conadic, los E-Cig permiten calentar líquidos, en su mayoría con nicotina –considerada una de las sustancias más adictivas– saborizados, que generan un aerosol que el usuario inhala.

Los llamados e-líquidos –de los que existen 15 mil sabores registrados, muchos atractivos para los adolescentes– y el aerosol que produce contienen múltiples sustancias tóxicas, como glicoles, aldehídos, formaldehído, compuestos orgánicos volátiles, nitrosaminas específicas del tabaco y metales como níquel y plomo, todos con efectos nocivos para la salud.

Clasificados por la OMS como productos de tabaco y nicotina novedosos y emergentes, en 2019 el organismo, señala Sabines Torres, recomienda que en los países donde existe la prohibición de estos productos se mantenga debido a que es necesario hacer más estudios, principalmente de larga duración, que permitan evaluar más claramente los efectos nocivos, pues a diferencia del tabaco convencional que propicia daños crónicos a mediano y largo plazos, el uso del cigarrillo electrónico genera daños agudos, en el corto plazo.

Sabines Torres reconoce que en México no sólo hay un mercado ilícito de cigarros electrónicos o vapeadores, como informó este diario, también existe, y cada vez más consolidado, un comercio abierto que permite su venta en grandes almacenes y plazas comerciales.

Lo anterior, aseguró, es resultado de los amparos que han interpuesto las empresas tabacaleras, debido a que la Ley General para el control del Tabaco tiene vacíos, pues el criterio por el que la Suprema Corte de Justicia de la Nación otorgó desde 2015 tres amparos a diferentes empresas es que si el comercio de tabaco no está prohibido, no se puede vetar la venta de productos asociados a esta planta.