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En promedio se hace 23 veces por hora

No tocarse el rostro, protección efectiva contra las infecciones
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▲ El ejército desinfecta las áreas comunes de un edificio de departamentos en la provincia de Daegu, Corea del Sur.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 10 de marzo de 2020, p. 28

Además de lavarse la manos con frecuencia, los expertos recomiendan no tocarse ojos, nariz y boca para protegerse del coronavirus o de cualquier otra infección, lo cual es más fácil de decir que de hacer, ya que según un estudio de 2015, la persona promedio se toca la cara hasta 23 veces por hora.

Incluso para los profesionales de la salud es un problema no tocarse el rostro, publicó el jueves pasado el Departamento de Salud de Santa Clara, California, en Facebook.

Se trata de un comportamiento subconsciente, afirmó el viernes pasado al ser entrevistada por el diario USA Today la presidenta de la Asociación para los Profesionales en el Control de Infecciones y Epidemiología (APIC), Connie Steed.

En el rostro existen múltiples caminos para que las infecciones ingresen al cuerpo, y las manos pueden estar contaminadas sin que uno lo sepa.

Puedes limpiarte las manos todo el día, pero en cuanto comienzas a tocar objetos de nuevo los gérmenes se multiplican, explicó Steed.

Recalcó además que es importante lavarse las manos de manera correcta y mantenernos alerta. Al hacerlo podemos incrementar nuestro sistema autoinmune y mantener a raya el coronavirus y otras infecciones.

Si pudiéramos ver los gérmenes en nuestras manos, sería más fácil mantenerlas alejadas de nuestra cara, afirmó Steed.

Dejar de tocarse el rostro en el transcurso del día es difícil porque es un hábito común y la mayoría de la gente lo hace sin darse cuenta. LA APIC calcula que la persona promedio se toca la cara 23 veces por hora, de acuerdo con un estudio realizado en 2015. Es un hábito que adquirimos de niños y nunca detenemos, señaló Steel. Hacerse consciente del problema es un buen modo de empezar.

De acuerdo con la especialista, algunos consejos para romper el hábito son: mantener nuestras manos ocupadas, por ejemplo, con una pelotita antiestrés; amarrar una liga a la muñeca y jugar con ella; mantener las manos entre las piernas mientras permanecemos sentados; contar con algún amigo que nos alerte cuando vayamos a tocarnos la cara y no morderse las uñas.