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Para mí, es importante mostrar una mujer audaz, expresa modista y activista india

Anita Dongre también pone su experiencia al servicio del medioambiente y recurre a energías renovables y al reciclado

 
Periódico La Jornada
Lunes 9 de marzo de 2020, p. a11

Bombay. Luchó para promover a una mujer fuerte e independiente en una sociedad dominada por los hombres. La modista india Anita Dongre, cuya marca se viste desde Nueva Delhi hasta Nueva York, coloca ahora su éxito y tenacidad de feminista al servicio de la ecología.

Cuando Anita Dongre se lanzó a la edad de 23 años era la primera mujer de su familia en trabajar. Su empresa se limitaba a dos máquinas de coser y dos costureros instalados en el balcón de la habitación que compartía con sus hermanas.

Hoy día, esta empresaria de 56 años, de cálida sonrisa y cabellos castaños, está al frente de una compañía con una facturación anual de 105 millones de dólares, tiendas en India y en Nueva York y emplea a dos mil 700 personas.

Para mí es importante mostrar una mujer que no sea ni púdica ni reservada, alguien audaz y descarada. Yo era ese tipo de chica. Manejaba un jeep, y le pedí casamiento a mi esposo, afirma, en una fábrica en los suburbios de Bombay.

Sus creaciones siempre se adaptaron a todas las tallas, hasta XXL. Incluso cuando se aventuró en los vestidos de novia, sus campañas de publicidad desafiaban las normas conservadoras indias y mostraban a mujeres tatuadas, bebiendo vino o pagando ellas mismas su boda.

También es importante para Dongre ayudar a las mujeres a emanciparse, como con las obreras que emplea en su fábrica en las que ve su pasado, o bien con esas 250 aldeanas de la India rural que forma a través de una fundación. La independencia económica es el único medio a través del cual una mujer puede afirmarse, asegura.

Su decisión de apuntar a la mujer urbana activa dio sus frutos, ya que el poder adquisitivo de las mujeres aumentó en India. “Es motivante oír a una clienta que me dice ‘vestí sus prendas en mi primer entrevista laboral hace 15 años y conseguí el puesto’”.

Sus prendas –sari o falda larga y choli (blusa) con colores brillantes de estilo tradicional o trabajadas a la moda occidental– han sido lucidas por celebridades mundiales como Hillary Clinton, Kate Middleton y Beyoncé.

Dongre pone también su experiencia, determinación y fama al servicio del medio ambiente, en un país que cuenta con 14 de las 15 ciudades más contaminadas del mundo, según un informe de 2018 de la Organización Mundial de la Salud.

Modelo de ecología

¿Su ambición? Hacer de su compañía un modelo de ecología. Las empresas ya no pueden estar guiadas sólo por las ganancias, dice.

Anita Dongre quiere reducir lo más posible el daño medioambiental de su actividad, y recurre al máximo a energías renovables y al reciclado, además, ofrece productos duraderos.

Dos de sus marcas con precios más accesibles, AND y Global Desi, utilizan, por ejemplo, telas hechas con lyocell, fibra biodegradable extraída de la pasta de madera. La empresaria, vegana, rechaza cualquier utilización del cuero en sus prendas, accesorios y calzados.

En su fábrica, las sobras de las comidas de la cafetería exclusivamente vegetariana son convertidas en abono para producir biogas. El agua consumida en el proceso de fabricación de las prendas es tratada y reinyectada en los baños.

A fuerza de tenacidad, espera convencer a los consumidores de cambiar sus comportamientos, privilegiar una moda ecorresponsable, ante las satisfacciones inmediatas procuradas por la denominada fast fashion.

Dongre es la única modista india en haberse sumado a la Sustainable Apparel Coalition, asociación de empresas del mundo textil que brinda a sus miembros instrumentos para medir las consecuencias de su actividad económica en el planeta.

A veces sueño con no tener que ocuparme más del diseño para concentrarme por completo en la durabilidad, afirma. Se nos acaba el tiempo. El cambio climático está allí y todos tenemos que hacer algo, concluye.