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Denuncian anomalías en el desalojo de un edificio
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▲ Los inquilinos se quejaron de que no se les avisó con anticipación que serían desalojados.Foto Cuartoscuro
 
Periódico La Jornada
Sábado 7 de marzo de 2020, p. 28

Empujones y conatos de riña se registraron durante las más de 10 horas que duró el desalojo de las familias que habitaron por más de 40 años 53 departamentos del edificio Constancia, en la calzada San Antonio Abad, colonia Tránsito.

Al menos 200 efectivos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) acudieron para cumplimentar la orden de desalojo del juez 31 en materia civil, luego de que el dueño original del edifico marcado con el número 58 falleciera hace años.

Según testimonios, un sujeto desconocido a través de argucias legales presuntamente demostró que compró la propiedad, por lo que reclamaron que no se puede comprar a un muerto.

El mandamiento judicial tuvo su origen en la orden de un juez de Tizayuca, Hidalgo, dijo Iván Espíndola, quien denunció que se trató de una arbitrariedad, pues no recibieron ninguna notificación de desalojo con anterioridad.

Mencionó que desde las seis de la mañana llegaron los policías acompañados de cargadores y sin mediar palabra entraron por la fuerza a los departamentos, en su mayoría habitados por personas de la tercera edad, como su mamá, a quien además robaron un celular y un iPad, sacaron el refrigerador con sus medicamentos.

Recordó que ahí vivió también su abuela y lamentó que los policías encapsularan a los residentes, que con sus propios muebles cerraron la avenida para protestar.

Aunque no hubo lesionados de gravedad, se criticó el que ninguna autoridad atendiera a los vecinos y que los policías estuvieran con sus cascos y escudos para empujarlos.

Me da mucha tristeza que nunca van a estar de nuestro lado, sino que protegieron una orden judicial sin lógica, expresó al mencionar que hace varios años, tras la muerte del dueño del edificio los vecinos pagaban cuotas que depositaban en el Instituto de Vivienda.

El edificio, indicó, es una zona de guerra, el piso está lleno de papeles, vidrios rotos y los documentos de mi mamá no los encontramos, ella padece artritis reumatoide y necesita sus papeles y medicamentos que cuestan más de 15 mil pesos.

Por la noche aún buscaban cómo trasladar sus muebles que quedaron a la mitad de la calle en mudanzas con amigos o familiares.

Hasta el cierre de la edición los policías esperaban a que sellaran todos los accesos de un edificio recuperado por alguien que lo compró a un muerto.