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Rosy Arango cautiva al presentar su disco con temas de corte prehispánico, vernáculos y boleros
 
Periódico La Jornada
Viernes 21 de febrero de 2020, p. 8

De Sonora por nacimiento y de Oaxaca, donde creció, Rosy Arango convocó a su público y paisanaje para la presentación de su disco Dos raíces, en el que la intérprete recurre lo mismo a tonadillas de supuesto corte prehispánico que a cantos vernáculos y boleros.

El Lunario, el sitio adjunto al Auditorio Nacional, fue el lugar de la reunión que se alargó casi hasta la media noche del miércoles y en la que la cantante, a la que alguien atinadamente catalogó de ranchera fitness, virtió su prodigiosa voz.

Alabanza melódica

Palabras en náhuatl en la alabanza melódica a Tonantzin y luego referencias a la tierra azteca en cuadro completado con atuendos plumíferos por parte de los danzantes, y referencias a nuestras dos raíces, explicó la cantante que ella procede de dos tetas: la de su madre y la de su abuela.

Tocó el turno a la istmeña La zandunga y, para no perder rumbo, otra de aquellos lares, una de Álvaro Carrillo y la presentación del invitado especial: Armando Manzanero, quien corroboró que a Rosy Arango no solamente hay que escucharla, también hay que mirarla para demandar que se recurra al talento artístico nacional y darle su debido impulso.

José Alfredo Jiménez y Lola Beltrán

A dúo, el compositor y la intérprete le dieron vuelo a dos temas de José Alfredo Jiménez para que después el inspirado yucateco entonara un danzón que, dijo, compuso hace 20 años en Tenchak, allá en su tierra peninsular.

Rosy Arango señaló que para ella sólo hubo una reina de la canción ranchera y ésta fue Lola Beltrán, y en su memoria, a coro con el público, cantó: por el día en que llegaste a mi vida, paloma querida... en lo que fue un breve retorno a la Rosa Mexicana, el sobrenombre que tuvo cuando empezó su carrera.

La remembranza incluyó Aires del Mayab y Jacinto Cenobio.

Un quinteto de cuerdas y percusión , encabezado por el excelso arpista Celso Duarte, le dio el respaldo instrumental a la velada a la par de un, igualmente recomendable, grupo de mariachis y el guitarrista Adrián Carrillo, quien la acompañó en los temas que se fueron diluyendo como la función.