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Cuento infantil visibiliza la discriminación de adultos hacia niños con discapacidad

Marcela Fonseca incursiona en la literatura con ese relato inspirado en su hija menor, que nació con síndrome de Down

 
Periódico La Jornada
Viernes 7 de febrero de 2020, p. 4

El primer trabajo literario de Marcela Fonseca, Los niños y la gran pared invisible, con ilustraciones de Vanessa Alcobe, se inspiró en la hija menor de la autora, quien nació con síndrome de Down.

Ese cuento está dedicado a pequeños de ocho a 10 años porque ‘‘es la edad en la que empiezan a preguntarse por qué hay niños que tienen algunas diferencias”.

De tener menos edad ‘‘pueden leerlo con sus papás, a los que les conviene tener toda esta perspectiva para guiar a sus hijos”, explica Fonseca (Ciudad de México, 1970), de profesión abogada.

Los niños no nacen con prejuicios, aclara. ‘‘Es lo que viví con mi hija. Cuando están chicos ni siquiera se dan cuenta de que tienen diferencias. Tú les preguntas: ¿por qué eres distinta a tal o cual compañerito? y responden: ‘porque tiene el pelo café, pecas o la peinan de trenzas’. Muchas veces empiezan a percatarse de esas diferencias porque ven ciertos comportamientos en los adultos, padres o maestros, que deberían ser ejemplos a seguir; sin embargo, somos los adultos quienes sembramos prejuicios en los niños”.

El cuento de Fonseca se desarrolla en un mundo idílico, aunque dividido; incluso al final hay una referencia a la caída del Muro de Berlín. ‘‘Quise hacerlo de manera que los niños lo encuentren divertido, que tuviera un poco de misterio respecto de lo que hay del otro lado. Usé el término pared invisible porque muchas veces está allí, aunque no queremos verla. Existe en el momento en que diferencias a un niño con alguna discapacidad de otro.

‘‘Manejo esa pared como un espejo en un mundo de niños que pueden hacer todo (no tienen discapacidad), aunque no ven más que su propio reflejo. Es un poco la metáfora de ver lo que deseas ver, al hablar de este mundo paralelo que no vemos”. El cuento está enfocado a niños con alguna discapacidad, porque todos sufren discriminación.

Concientizar a la sociedad ante un tema tabú

Desde niña Fonseca escribía canciones y poemas. Nunca pensó que su primer libro fuera un cuento infantil –también escribe relatos cortos para adultos y prepara su primera novela–. Reconoce que Los niños y la gran pared invisible nació de la necesidad de concientizar y sensibilizar a la sociedad, porque ‘‘en realidad somos la primera generación de niños con discapacidad que ya son visibles. De niña tenía amigas con hermanitos con alguna discapacidad que escondían. Este es un cambio generacional que apenas nos toca como papás con niños que ya están visibles en la sociedad”.

Admite, sin embargo, que hoy ese tema todavía es tabú en múltiples situaciones. ‘‘Cuando mi hija nació hubo quien me dio el pésame. Dijo: ‘lo siento mucho’. Lo único cierto es que tenemos una ignorancia generalizada y desconocemos todo lo que esos chicos pueden lograr. Sin embargo, hay que darles las herramientas y los impulsos adecuados para que se desarrollen y sean parte productiva de la sociedad”.

–¿Qué obstáculos ha enfrentado?

–La discriminación cuando las personas voltean a ver o estás en algún lugar público y ves a la familia de junto hablar en secreto y señalando. Te ven raro como si fuese una enfermedad contagiosa. Tuve el caso de una mamá que pidió cambio de salón en la escuela. Dices, no es posible que en el siglo XXI eso pase.

Los niños y la gran pared invisible será presentado el 24 de febrero en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería. También hay edición en inglés.