Después de un año de gobierno, las comisiones de Evidencia y Manejo de Riesgos (Cemar) y la de Fomento Sanitario de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) no tienen titular y, por tanto, tampoco hay respuesta a problemas como la venta y uso de cigarros electrónicos y vapeadores, dispositivos que están ligados a la muerte de al menos una persona en San Luis Potosí.

En Estados Unidos hay una alerta por la afectación a la salud de más de 2 mil personas y la muerte de 39, relacionadas con el uso de cigarros electrónicos. Aunque por ley en México se prohíbe su venta, están disponibles en plazas comerciales, igual que los nuevos dispositivos de tabaco calentado. A la Cofepris le corresponde vigilar y sancionar el incumplimiento de la ley, planteó el comisionado José Alonso Novelo en un artículo disponible en la página de Internet de la comisión.

Ahí comenta sobre los daños a la salud que provoca el tabaquismo y el uso de productos electrónicos, e insiste en que por el riesgo de enfermedad y muerte se mantiene la prohibición de comercializarlos.

El problema, señalaron personas cercanas a la Cofepris, es que la autoridad sanitaria no actúa, mientras las empresas venden con libertad cigarros electrónicos y vapeadores.

Otro caso es la contaminación del río Sonora, que también le toca a la Cemar. En agosto de 2014 se derramaron 40 mil metros cúbicos de lixiviados de sulfato de cobre acidulado de una mina de Grupo México.

Para la reparación del daño, la empresa se comprometió a construir una unidad de vigilancia epidemiológica y ambiental, donde los afectados recibirían atención médica. No obstante, hace unos días cedió el inmueble, todavía en obra negra, a la Guardia Nacional. La Cofepris no dijo nada, aunque el asunto es de su responsabilidad.

Las fuentes consultadas por La Jornada explicaron que para la designación de los titulares de las cuatro comisiones de Cofepris, el comisionado José Alonso Novelo tiene la facultad legal para presentar sus propuestas al secretario de Salud, Jorge Alcocer, quien las autoriza.

En el caso de la Cemar, Alcocer dijo que él decidiría sobre la persona que la encabece, mientras en Fomento Sanitario rechazó la propuesta que le hizo Novelo.