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T-MEC: carta a Santa Claus // Seade: esperanza vs realidad

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icen que lo último que se pierde es la esperanza, y, en consecuencia, Jesús Seade, subsecretario para América del Norte de la cancillería y principal negociador mexicano del T-MEC, cree posible que dicho mecanismo comercial se apruebe este mismo año, porque, dice, ahora estamos cerca del hueso, y los masticamos por ambos lados para llegar a un acuerdo; trabajamos duro, y cada día que pasa es más largo que el anterior.

Sin embargo, a finales de octubre pasado, frente al presidente López Obrador, el mismo funcionario consideró que la aprobación del T-MEC por el Congreso estadunidense (el Senado mexicano lo palomeó en junio de 2019) estaba a punto de turrón. Desde entonces, el gobierno del cavernario Trump se ha dedicado a llenar de tachuelas el camino y no pasa día en que ponga otra condición. Seade ha reconocido que en el proceso de negociación México ha aceptado mil cosas, y ni así.

El punto es que realidad mata entusiasmo, y el panorama luce complicado por muchas esperanzas que tenga el subsecretario Seade. De entrada, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, está ocupada en otros menesteres, especialmente el relativo al impeachment contra Donald Trump, el cual, dicho sea de paso, avanza velozmente (lo que no quiere decir que el salvaje de la Casa Blanca permanezca impávido).

El último día de noviembre de 2018, reunidos en Buenos Aires, Enrique Peña Nieto, Justin Trudeau y Donald Trump firmaron el T-MEC; en junio de 2019 dicho mecanismo fue aprobado por el Senado de la República y se esperaba que en cuestión de días lo propio hicieran los congresos estadunidense y canadiense. Pero transcurren las semanas y nada de nada.

Se suponía que todo estaba listo no sólo para la firma del nuevo mecanismo comercial, sino para su aprobación por los congresos de cada uno de los países involucrados, pero como bien lo advierte el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) el proceso de renegociación del TLCAN y la puesta en marcha del T-MEC no han terminado. Las presiones sobre México, iniciadas hace más de tres años, con el proceso electoral en Estados Unidos, continúan ahora en el terreno laboral.

Con todo y que el acuerdo ya se firmó, ahora se busca que México “acepte condiciones unilaterales orientadas a que admita regulaciones, evaluaciones y posibles sanciones que en la práctica podrían subordinar a las instituciones nacionales a un rol secundario. Qué prevalecería: ¿las determinaciones de la Secretaría del Trabajo o el IMSS, por ejemplo, o las establecidas por las directrices foráneas?

Lo anterior, apunta el IDIC, muestra la dimensión del cambio geoeconómico y geopolítico que llegó con el ascenso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos: hasta los representantes del Partido Demócrata ejercen presión en el tema laboral, parte de lo cual es por la agenda política de aquel país rumbo a la sucesión presidencial de 2020.

A pesar de que Estados Unidos logró la negociación que buscaba, después de terminar haciéndolo individualmente con México y Canadá, las presiones sobre nuestra nación continúan. En estos momentos el frente de batalla es el mercado laboral mexicano: a pesar de que hay un acuerdo firmado, se insiste en que México realice concesiones de manera unilateral y se observa que la presión llega también por parte de representantes del Partido Demócrata de Estados Unidos.

Así, por un principio de soberanía, y atendiendo que el proyecto del presidente López Obrador es mejorar las condiciones sociales de México, pero a través de un proceso que aplique un nuevo modelo económico basado en un Estado promotor del desarrollo (el cual, por ejemplo, contenga una verdadera política industrial integral), no deben aceptarse las condiciones que están fuera de lo ya acordado en el T-MEC.

Las rebanadas del pastel

Total apoyo y solidaridad para Emir Olivares, junto con la exigencia de que la autoridad proteja la integridad del periodista jornalero, luego de conocer la agresión, amenaza y chantaje de que fue víctima.