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Acusa al magnate de soborno

Según la evidencia, lo de Nixon se queda corto ante Trump, dice Pelosi

Gente normal ya hubiera abandonado este proceso del impeachment, señala el jefe de la Casa Blanca

Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 15 de noviembre de 2019, p. 32

Nueva York. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, la demócrata más poderosa en Washington, denunció que la evidencia señala que Donald Trump es culpable de soborno y que lo revelado hasta ahora por las investigaciones para un impeachment sobre la conducta del mandatario hacen que lo que hizo Nixon se quede corto.

Un día después de la primera audiencia pública en el proceso de evaluación y formulación de cargos contra el presidente para su juicio político (impeachment) –vista en televisión por más de 13 millones de personas– la clase política, junto con los analistas, estrategas y periodistas debatieron el arranque de esta fase del proceso cuyo objetivo principal es persuadir a la opinión pública sobre la culpabilidad, o no, de Trump por abuso de poder y violaciones anexas.

La acusación de Pelosi indica un giro en el mensaje de los demócratas al caracterizar lo que antes llamaban un quid pro quo como soborno, ya que ese es uno de los delitos explícitamente identificados en la Constitución que ameritan la destitución del presidente.

Al hablar de la audiencia del miércoles, en la cual dos diplomáticos de carrera fueron los primeros testigos, Pelosi afirmó: el testimonio devastador corroboró evidencia de sobornos descubiertos en la investigación, y que el presidente abusó de su poder y violó su juramento al amenazar con retener la asistencia militar, y ofrecer una reunión en la Casa Blanca, a cambio de abrir una pesquisa contra su rival político; un intento claro del presidente para darse ventaja en la elección de 2020.

Pelosi se refería a la acusación al centro de la investigación de que Trump presionó a su homólogo ucranio a interferir en el proceso electoral estadunidense haciendo un anuncio para dañar a sus rivales políticos en beneficio de su campaña de relección.

Por su parte, los republicanos continuaron rechazando toda acusación contra Trump y descalificando el proceso en términos de una maniobra política de los demócratas. El propio presidente comentó ayer que gente normal ya hubiera abandonado todo esto, aunque no pocos cuestionan, si Trump debe ser juez, quién sería normal.

Esta noche, el presidente viajó a Luisiana a un mitin electoral donde se esperaba que repitiera que todo el proceso es una cacería de brujas.

Esto sucede en un contexto que analistas consideran de extrema polarización política con los fieles de Trump que rehúsan, por ahora, ceder ante los hechos presentados en este proceso de impeachment, lo cual es en parte producto del desplome de confianza pública en las instituciones políticas y los medios de información.

Una nueva encuesta de Ap-NORC difundida ayer registra que casi la mitad de estadunidenses (47 por ciento) dice que batalla para determinar si la información que reciben es verídica o no. Al final, nadie le cree a nadie: mayorías en el sondeo dicen que tienen poca o nula confianza en la información que reciben acerca del gobierno en las redes sociales, por medio de los políticos electos, el sector empresarial y el presidente.

Eso es un triunfo de los estrategas de Trump, quienes no necesariamente buscan convencer a la opinión pública de su versión de las cosas, sino sembrar la desconfianza sobre los hechos mismos. De eso depende la construcción de verdades alternativas.

Este viernes se llevará a cabo la segunda audiencia pública de este proceso.