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Karen Villeda lanza un ‘‘ya basta’’ contra la violencia de género

La autora presentó su obra Agua de Lourdes: ser mujer en México, que circula con el sello Turner Noema

 
Periódico La Jornada
Sábado 2 de noviembre de 2019, p. 4

La violencia de género y la impunidad son dos problemas graves que aquejan a la sociedad; los episodios de acoso cotidiano van de los ámbitos laborales y familiares a la trata de personas y los feminicidios y alcanzan niveles alarmantes. Ante ese panorama, los recursos literarios también se suman al llamado urgente para lanzar un ¡Ya basta!

Así presentó Karen Villeda (Tlaxcala, 1985) su obra más reciente, Agua de Lourdes: ser mujer en México, en la que perfila una disección desde las perspectivas social y familiar de la violencia que sufren algunas mujeres, mediante la poesía, el ensayo, la fuente periodística, la estadística y el comentario en redes sociales.

A este acto efectuado la noche del este jueves en la librería de La Jornada (avenida Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac) acudieron la periodista Daniela Rea y la editora de la obra Paola Morán quien explicó: ‘‘Es difícil hablar de un ejemplar cuyo tema duele, pero que al mismo tiempo es entrañable e indispensable seguir abordando. Karen llegó con una idea testimonial y lo único que le pedimos fue desarrollarla para tener un contexto más general en el que las mujeres se sintieran identificadas.

‘‘El resultado –añadió– fue un híbrido literario que nos permite conocer mejor la desigualdad de género y la cultura de la impunidad que la acompaña. El texto tiene varias pausas para que los lectores puedan dosificar la realidad tan abrumadora.”

Agua de Lourdes, publicada por Turner Noema, narra seis casos entre los que figuran la tía de la autora, así como Karen Grodzinski, vinculada con la red sexual Zona Divas, y Karen Joana, presuntamente asesinada por un amigo. La combinación de testimonios con memorias utiliza mecanismos de ficción a fin de recalcar un mensaje: ‘‘a las mujeres las están matando en México”.

Patrón que se repite

‘‘No sólo es un libro de feminicidios pues abarca violencia intrafamiliar, trata de personas o acoso cibernético ambientados en diferentes regiones del país y no sólo en Tlaxcala. Sale de los epicentros que son Ciudad Juárez y el estado de México”, acotó Daniela Rea.

Para la periodista independiente un elemento asombroso y escalofriante fue el hecho de que la autora incluyera la historia de su tía, quien en la vida real aparentemente se suicidó, pero por fines literarios, es víctima de homicidio.

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▲ Karen Villeda, en la librería de La Jornada, en la presentación de su obra Agua de Lourdes.Foto Marco Peláez

Al respecto, Karen Villeda refirió: ‘‘Ella tenía el mismo nombre que yo (…) en Tlaxcala tuve ciertos privilegios. Prácticamente crecí en una burbuja que se rompió cuando llegué a la Ciudad de México.

‘‘Entonces laboré en una organización no gubernamental y me pidieron escribir sobre la trata de personas en mi ciudad natal. El primer recuerdo que vino a mi mente es el de una chica que fue raptada por un conductor y poco después obligada a prostituirse.

‘‘Eso detonó la idea inicial de este proyecto, porque después me di cuenta de que en otros estados de la República el patrón se repite: las mujeres son violentadas. Así que hablé con varias amigas al respecto y después con mis familiares.”

Villeda relató que, aunque nunca conoció a su tía, debido a que falleció cuando ella tenía sólo tres meses de nacida, fue blanco de afectos perdidos y lazos rotos.

‘‘Crecí con el nombre de alguien que mis familiares creían que se había suicidado. Y fui más allá de la remembranza y me di cuenta de que quizá millones de Karens también sufrieron de diferentes formas.”

Uno de los apartados más preponderantes en Agua de Lourdes es el papel que desempeñan los feminicidas y las dependencias o funcionarios que proporcionan cifras inconsistentes respecto de esos crímenes.

‘‘En 2003 sólo cuatro municipios de Tlaxcala eran identificados como foco rojo de trata de personas. Dieciséis años después por lo menos 40 –de 60 ayuntamientos– están vinculados a ese comercio ilegal. Es lamentable que los códigos de rapto han cambiado, pues los delincuentes ahora recluyen a niñas y jovencitas. Los medios de comunicación son tan oficialistas en la región que ignoran el tema.

‘‘Me da tristeza saber que los niños quieren ser padrotes y las niñas putas. Ni qué decir de las autoridades, no atienden a las víctimas de violencia hasta que están casi muertas.

‘‘Busco fomentar un cambio o al menos una disyuntiva en los lectores para que los hombres confronten sus conductas, rediman sus culpas y cultiven la equidad.”