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Experiencia sonora con música de Bach y malabarismos en un abarrotado Auditorio de Minas

La violonchelista Noémi Boutin y el artista Jörg Müller sorprendieron al público con el espectáculo Sarabande

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▲ Jörg Müller y Noémi Boutin durante su presentación en Guanajuato, en la edición 47 del Festival Internacional Cervantino. También actuaron en la ciudad de León.Foto cortesía FIC
Enviada
Periódico La Jornada
Jueves 17 de octubre de 2019, p. 4

Guanajuato, Gto., Las suites 1, 3 y 5 de Johann Sebastian Bach fueron interpretadas por la violonchelista francesa Noémi Boutin en Sarabande, ante un abarrotado Auditorio de Minas en la edición 47 del Festival Internacional Cervantino (FIC).

La música de Bach a cargo de Boutin se mezcló con los malabarismos del artista Jörg Müller.

Fue una experiencia sonora diferente. La obra de Bach se escuchaba mientras el público mantenía la mirada atenta a todo lo que hacía Müller, como sostener una diminuta vela sobre un palo, la que luego con delicadeza colocó sobre la testa de la violonchelista.

El sueño de un niño

En medio del silencio y la penumbra, un pequeño que acudió a ese espectáculo decía a su madre: ‘‘me gusta hacer eso”. Cada vez que lo sorprendían los malabarismos del artista, se escuchaba la vocecita del niño que compartía ese sueño de estar en un escenario.

Al acto del equilibrio con el palo y la vela, que fue acompañado de la Suite para violonchelo número 1, siguió la suite 3, que ante la ejecución de Boutin, Müller a su vez hacia volar varios tubos que estaban colgados en el centro del escenario. Los hacía girar, tocaba o lanzaba hacia el techo con tal fuerza que se tenía la impresión de que podría golpear a la violonchelista, quien con los ojos cerrados tocaba la obra de Bach.

Armonía con la danza

Müller imprimía a los objetos magnitud escénica y provocaba una relación sin precedente entre el malabarista y los materiales. El momento mágico y sublime irrumpió cuando Boutin interpretó la quinta suite, pues ella se encontraba suspendida en el escenario sobre una especie de columpio. Tocaba, mientras Müller la balanceaba.

En la quinta suite, el público disfrutó de la música en armonía con la danza del malabarista, quien al final subió al columpio con Boutin.

Los espectadores ovacionaron el talento de Jörg Müller y la interpretación de Noémi Boutin al final del espectáculo que combinó la obra de Bach con la altura y los malabares.

Sarabande también se presentó en el Teatro Bicentenario en la ciudad de León, Guanajuato.