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Tocar más profundo y cuidar el sonido, pide pianista invidente

Los intérpretes sabemos que es mejor privilegiar la frase que la velocidad, refiere el también compositor español Raúl Thais // Siempre procura ‘‘tener en dedos’’ entre seis y 10 piezas, dice en entrevista con La Jornada

 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de julio de 2019, p. 4

El pianista y compositor español invidente Raúl Thais Antequera está en México para participar en las cuartas Jornadas y tercer Festival Internacional Música y Ceguera: sonido, tacto y movimiento, que se realizarán del 2 al 11 de agosto.

‘‘Tengo una ventaja sobre los músicos videntes y se relaciona con la profundidad en la interpretación, en la cual no prima la veloci-dad”, sostiene en entrevista conLa Jornada.

El también docente y creador del método de composición Música cuántica, añade: ‘‘En el mundo actual prima la velocidad sobre cualquier otro criterio, no sólo en la música. Por fortuna, los músicos de todas partes se están dando cuenta de que tocar rápido no es tocar mejor, que quizá es mejor tocar más profundo, cuidar el sonido y la frase, qué se quiere y cómo se quiere decir algo”.

Thais Antequera destaca que la falta de visión le ha permitido una interpretación más emotiva y estar menos preocupado por la cuestión técnica, aunque reconoce que ésta es determinante.

‘‘Se trata de menos matemática y más expresión; una interpretación donde la música manda, el pianista desaparece y se pone al servicio del sentimiento, del arte; el pianista no está ahí para lucirse”, afirma.

‘‘Eso que está sucediendo me parece un gran hito histórico. Hay enormes pianistas en esta época, videntes y ciegos, que están cuidando el sonido y la interpretación de manera nueva, y creo que los ciegos en ese nivel estamos a la vanguardia, porque cuidamos el sonido del piano.”

Desde su nacimiento –en Madrid, en 1972– Raúl Thais padeció debilidad visual. A los siete años comenzó a estudiar piano y al graduarse en el conservatorio, a los 20 años, fue cuando perdió la vista.

Admite que la falta de visión dentro de la música implica varios obstáculos, desde requerir ayuda para llegar al instrumento en un concierto hasta un complejo y lento proceso para hacerse de nuevo repertorio.

Precisa que los intérpretes ciegos deben aprender las obras de memoria, a partir de estudiar las partituras en escritura braille. La dinámica en su caso consiste en memorizar tres o cuatro notas y luego practicarlas en el piano, primero con una mano y luego con la otra, así hasta concluir la pieza. Aclara que lo que para un músico vidente requiere un día de trabajo a uno ciego le cuesta hasta 50.

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▲ ‘‘Tengo una ventaja sobre los músicos videntes y se relaciona con la profundidad en la interpretación, en la cual no prima la velocidad”, explica Raúl Thais Antequera.Foto Ángel Vargas

No obstante esa situación, comparte que a lo largo de sus más de dos décadas de trayectoria ha montado cientos de obras, tanto de otros compositores como de su autoría, y que siempre procura ‘‘tener en dedos” entre seis y 10 piezas.

Destaca que para los conciertos en los que es acompañado por otros músicos o una orquesta debe aprenderse también de memoria las entradas y salidas de los otros instrumentos y estar muy concentrado en lo que hace cada uno, al no poder verlos.

Raúl Thais considera esencial la inclusión de los artistas ciegos y, en el caso de los músicos, la enseñanza y el aprendizaje de la musicografía, como se denomina a la escritura musical en braille.

Encomia la labor que al respecto impulsa la asociación Música y Ceguera, fundada por la clavecinista mexicana Lorena Peugnet, instancia organizadora de las jornadas y el festival en los cuales el pianista español participará con conciertos, talleres y conferencias.

‘‘La electrónica y la tecnología están provocando que el papel en braille se vaya dejando atrás; lo vamos olvidando porque el mundo va a otra velocidad. Música y Ceguera en lo que está implicada y promueve es en tomar conciencia de que la manera que tenemos los ciegos de ser profesionales en la música es manejar el papel, primero el braille y luego la musicografía”, detalla. ‘‘Es el pilar para que un músico ciego pueda ser realmente profesional y tener una vida independiente, aunque la ceguera requiere de muchos apoyos y eso seguirá siendo así, pero por lo menos que pueda desarrollar una profesión remunerada, digna; ese es el empeño de Lorena desde el principio, cuando detectó lo que ocurre en el mundo actual”.

De acuerdo con el artista español, la primera vocación del ciego ha sido siempre la música, ‘‘por algún tipo de misterio”; recuerda por ejemplo que en la época barroca hubo muchos compositores con ese padecimiento, además de los juglares y cantantes invidentes de otros tiempos que recitaban en las villas sus canciones.

‘‘Música y Ceguera quiere y busca rescatar todo ese patrimonio de la humanidad que es la música hecha por ciegos desde el fondo de los tiempos y hasta ahora, con la vocación de ir hacia el futuro.”