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Barones: se acabó el festín // Adiós a la condonación fiscal

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e acabó el festín fiscal que cada año organizaban los gobiernos neoliberales y, sin ser invitados ni consultados, íntegramente pagaban los mexicanos: miles y miles de millones en impuestos condonados a los grandes contribuyentes, en especial al reducido grupo de barones, socio y cómplice del inquilino en turno de Los Pinos.

Ayer, el presidente López Obrador lo explicó así: más de la mitad de las condonaciones de impuestos autorizadas a partir de 2007 beneficiaron a sólo 108 personas (físicas o morales), mientras el resto se adjudicó a más de 150 mil contribuyentes; es lo que se condonaba de impuestos a los potentados, a los influyentes; por decreto presidencial. Hoy en México no se permiten las condonaciones fiscales y son realidad otros cambios exigidos por la ciudadanía.

Y en el detalle, señaló que en 2007-2018 el antiguo régimen realizó condonaciones fiscales por 400 mil 904 millones de pesos. De ese total, 54 por ciento (213 mil millones) benefició a 108 contribuyentes; en promedio, cada uno de ellos dejó de pagar al fisco mil 972 millones, en un ejercicio que el propio López Obrador ha calificado de “ huachicoleo de cuello blanco”.

En contraparte, dijo, 46 por ciento de las condonaciones autorizadas en dicho periodo; es decir, 187 mil 902 millones de pesos, beneficiaron a 153 mil 422 contribuyentes. Cada uno, en promedio, fue exonerado del pago de un millón 229 mil pesos. Esto es, 400 mil millones de condonación en dos sexenios, y la gente pagando IVA; los profesionales y pequeños medianos empresarios, comerciantes pagando el impuesto sobre la renta, y los hijos predilectos del régimen recibiendo concesiones.

En números cerrados, Felipe Calderón condonó impuestos por 161 mil millones de pesos y Enrique Peña Nieto hizo lo propio por 240 mil millones. De esos montos, 54 por ciento benefició a 108 contribuyentes, y aunque por ley fiscal López Obrador no puede revelar sus nombres, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) –que tampoco puede divulgarlos– nos da una orientadita, en el entendido de que no sólo los dos últimos inquilinos de Los Pinos cometieron esos desfalcos, porque fue práctica sexenal.

En su revisión de la Cuenta Pública 2005, correspondiente al gobierno de Fox, la ASF detectó que alrededor de 240 mil millones de pesos no ingresaron al erario, pues los grandes contribuyentes usaron sus conexiones políticas y las facilidades de ley para no pagar sus respectivos créditos fiscales. La institución dijo que 0.04 por ciento de los deudores, con uno por ciento de los créditos fiscales determinados hasta 2005, daban cuenta de 48.3 por ciento del adeudo total.

Entre los beneficiarios aparecían bancos, televisoras, equipos de futbol, ingenios azucareros, transportistas, grandes constructoras y hasta partidos políticos, pero apenas llegó Felipe Calderón a Los Pinos y –vía su secretario de Hacienda, Agustín Carstens– publicó un acuerdo (JG-SAT-IE-3-2007) en el Diario Oficial de la Federación, para condonar –en forma total o parcial– créditos fiscales por 500 mil millones de pesos, la mayoría concedidos a un grupo de grandes empresas.

Y en 2009 el SAT informó a los diputados que 400 grandes grupos empresariales apenas pagaron una tasa fiscal de 1.7 por ciento, mientras en el sector de cosméticos fue de 2.9 por ciento y alrededor de 8 en las cadenas de autoservicio (Wal-Mart, Comercial Mexicana, Soriana, por ejemplo). Lo mismo con cementeras, tiendas departamentales, automotrices, cerveceras, televisoras, empresas de electrodomésticos, de telecomunicaciones, refresqueras, constructoras, financieras, grupos hoteleros, mineras, cigarreras, transportistas, editoriales y distribuidoras de maquinarias y equipos, entre otras. Y casi todas son propiedad de los de siempre.

Las rebanadas del pastel

Por lo visto, política, económica y judicialmente a Enrique Peña Nieto el protagonismo de Tania Ruiz le está resultando más oneroso que el de La Gaviota, lo que ya es decir, porque ésta era muy querendona.