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Tipo de cambio: ¿Apocalipsis? // Médicos-IMSS: ¡arréglenlo ya!

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llá por los no lejanos tiempos de la campaña presidencial de 2018 corrían apocalípticas versiones sobre el irremediable desplome del tipo de cambio peso-dólar y la inevitable fuga masiva de capitales si a los mexicanos se les ocurría la brillante idea de votar mayoritariamente por un candidato que desprecia y desecha los grandes logros del régimen neoliberal que dominó a nuestro país a lo largo de 36 años.

Si tal candidato triunfaba –vaticinaban analistas, expertos, instituciones especializadas y demás profetas financieros–, México se hundiría sin más y retrocedería a tiempos oscuros, peligrosos y probadamente nefastos de la historia nacional.

Es más, si tal caso se diera, el tipo de cambio fácilmente llegaría a 25 pesos por dólar, en vías de empeorar, con todo y que en tiempos neoliberales esos mismos adivinadores profesionales defendían a capa y espada la enclenque tesis de que la moneda nacional no se devalúa, porque tiene un régimen de flotación, a la vez que justificaban alzas bruscas en la cotización por causas externas.

El caos, pues, pero resulta que a los mexicanos –tercos que son– sí se les ocurrió la brillante idea de votar arrasadoramente por un candidato que ninguneó a los profetas del desastre, y un año después de los comicios de julio de 2018 el tipo de cambio peso-dólar se encuentra apenas por arriba de los 19 por uno, es decir, 24 por ciento por debajo de aquellas apocalípticas cuan ácidas versiones que corrían en tiempos electorales.

Ante dicho panorama aterrador resulta llamativo el conveniente olvido de esa caterva de profetas profesionales –que del Estado cobraban muy bien–, pues nunca mencionaron que a lo largo del régimen neoliberal el tipo de cambio del dólar se incrementó la friolera de 14 mil por ciento (de 150 pesos por uno en el arranque sexenal de Miguel de la Madrid a 21 mil 908 pesos –disfrazado de 21.9 pesos por aquello del truco salinista de la quita de tres ceros– en enero de 2017, con Enrique Peña Nieto, cuando oficialmente alcanzó su mayor cota).

El día hábil financiero previo a las elecciones del primero de julio de 2018 el tipo de cambio oficial peso-dólar fue de 19.69 por uno. Y López Obrador arrasó, de tal suerte que, siempre de acuerdo con los citados agoreros, el desplome cambiario resultaba inevitable. Pero algo pasó, porque lejos de caer la moneda nacional se fortaleció a tal grado que a finales de septiembre de aquel año la cotización se redujo a 18.72 por uno.

La víspera de cambio de gobierno y de régimen, el tipo de cambio trepó a 20.34 pesos por dólar, y de allí ha descendido paulatinamente. Ayer la cotización fue de 19.20 por uno, de tal suerte que en un año (del primero de julio de 2018 a igual fecha de 2019) la moneda nacional se ha fortalecido en alrededor de 2.5 por ciento y 5.6 por ciento si se considera desde la toma de posesión (primero de diciembre del año pasado), es decir, algo alejadísimo de los apocalípticos pronósticos de los tiempos electorales.

Ese es el balance, y el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados apunta que ahora el comportamiento de la moneda mexicana frente al dólar se relaciona, principalmente, con una mayor incertidumbre en los mercados financieros, derivada de la reunión cumbre del G-20 en Japón. En lo interno, sobresale la decisión del Banco de México de mantener sin cambio la tasa de interés de referencia en un nivel de 8.25 por ciento.

Las rebanadas del pastel

El IMSS es una de las más valiosas instituciones del Estado mexicano, y es su obligación cuidarla y fortalecerla. Faltan medicinas e implementos y no puede operar satisfactoriamente. Pero es incuestionable que sin médicos nada hará en beneficio de los derechohabientes. De allí la urgencia de resolver el pago a los galenos, becarios o no. Les adeudan quincenas, quieren saldar con vales de despensa y demás movidas que cancelan derechos. Entonces, ahorro y eficiencia sí, pero no a ese grado ni con ese costo, porque los residentes tienen el vicio de comer todos los días. ¡Arréglenlo ya!

Twitter: @cafevega