Opinión
Ver día anteriorSábado 15 de junio de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
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La krónica del Kronos
A

lgo no está funcionando cuando el Cuarteto Kronos se presenta en Bellas Artes y el recinto no registra, ni con mucho, el lleno desbordante que la ocasión merece. Claramente, parte de lo que no está funcionando es la difusión, asunto que no es un problema nuevo ni mucho menos.

El caso es que el legendario y muy apreciado Kronos vino el martes al escenario del Palacio para musicalizar en vivo un documental titulado A Thousand Thoughts (Mil pensamientos, de Sam Green y Joe Bini) que cuenta la trayectoria del heterodoxo ensamble, de la música que tocan y han tocado, y de los músicos y otros personajes con cuyas trayectorias han hecho tangentes.

El documental fue proyectado mientras un narrador en vivo (Sam Green) hacía la crónica del Cuarteto Kronos y los músicos fabricaban presencialmente el soundtrack.

El repertorio abordado por el cuarteto, conformado por una veintena de fragmentos, fue una muestra puntual del eclecticismo que ha caracterizado al grupo desde sus inicios. Por acá, los clásicos antiguos, modernos y contemporáneos indiscutibles: Pérotin, Glass, Riley, Crumb, Adams, Zorn, Laurie Anderson. Por allá, presencias quizá menos conocidas por estos rumbos, pero ciertamente interesantes: Ryan Brown, Tanya Tagaq, Ken Benshoof, Fodé Lassana Diabaté, Aleksandra Vrebalov, Clint Mansell, John Oswald, Wu Man, y una probadita de Café Tacvba.

Para la conclusión del espectáculo, una sabrosa, exuberante, casi explosiva square dance de Ervin T. Rouse, muy a tono con el espíritu del Kronos y con el documental de Green y Bini que celebra su historia. Si bien se trata estrictamente de un documental musical, el filme de Green y Bini no podía evadir (y venturosamente no evade) algunos temas políticos y sociales que han marcado el tiempo, el trayecto y los espacios del Cuarteto Kronos, tanto desde una óptica general como en ciertos hechos que los han tocado individualmente. Desde el punto de vista cinematográfico, el documental es eficaz y ofrece al melómano interesado algunas ventajas; entre ellas, principalmente, la presencia de los personajes que han marcado los 45 años de vida del Kronos, y también un breve pero significativo repaso de las alineaciones sucesivas del grupo, entre ellas la más duradera y emblemática, la de Harrington-Sherba-Dutt-Jeanrenaud.

Hacen bien los realizadores en enfatizar el compromiso indeclinable del Kronos con la promoción y defensa de la música nueva y la música inusual, elemento que está en la esencia misma del grupo desde su ya lejana fundación.

De manera general, los elementos visuales, narrativos y sonoros de A Thousand Thoughts establecen con firmeza el hecho de que la etiqueta que dice ‘‘posmoderno” en una mezcla de colores sicodélicos y pop art le queda como anillo al dedo al Cuarteto Kronos.

Por otra parte, hay que decir que en ciertos momentos funciona muy bien la mezcla de humor e interactividad que marca algunos episodios del espectáculo. Lástima que el documental inicie y termine con dos secuencia de montaje histéricamente vertiginosas, dignas de los peores editores de ESPN o Fox Sports.

Y lástima que el Kronos haya tenido que presentarse con un violoncellista emergente por enfermedad de la titular. Sí, este filme es una experiencia multimedia interesante y por demás instructiva. Sin embargo, en ciertos momentos la narración resultó un obstáculo para una posible audición más clara y gozosa de la música.

Quizá la única forma realmente completa de asimilar estos mil pensamientos dedicados a la larga y productiva existencia del Cuarteto Kronos tendría que pasar por otras dos etapas: primero, ver el documental en un formato cinematográfico convencional; y después, escuchar en concierto al Kronos tocando toda esta música, sin las imágenes y sin la narración, también en un formato tradicional… es decir, tan tradicional como puede ser cualquier presentación de este cuarteto de admirables locos musicales.

Entiendo, sin embargo, que esta buena película fue concebida originalmente en esta configuración, así que me quedaré con las ganas.