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Rinde la Academia Mexicana de la Lengua homenaje luctuoso a Fernando del Paso

Es el ejemplo más claro de quien al forjarse un lenguaje hace más prestigioso y fuerte el colectivo, dijo en la ceremonia Vicente Quirarte

 
Periódico La Jornada
Lunes 20 de mayo de 2019, p. 7

El escritor y poeta Fernando del Paso (1935-2018), fallecido el pasado 14 de noviembre, fue objeto ayer de un homenaje luctuoso de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), de la que era integrante, efectuado en una sesión solemne y pública en la sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes. Asistieron su hija Paulina del Paso y otros familiares.

El narrador y crítico literario Gonzalo Celorio, quien encabezó la sesión, dedicó su texto a la primera novela del homenajeado: José Trigo, publicada en 1966, descrita como una de las más deslumbrantes de la literatura mexicana de la segunda mitad del siglo XX. Aparte de situarla dentro del acontecimiento literario conocido como el boom, o Nueva Novela Latinoamericana, Celorio expresó que participa a carta cabal del auge de nuestra novelística, amplía el acervo de nuestro patrimonio literario y coincide con el proceso de renovación de nuestras letras, si no es que en muchos aspectos se adelanta a él.

Ilumina con potentísima imaginación esas zonas oscuras de nuestro pasado nacional y nos entrega una realidad más real de la que le sirvió de punta de partida, pues sobre los referentes históricos objetivos añade el imaginario de la colectividad: los sueños, los mitos, los recuerdos, las ideas, esperanzas y creencias de la población.

José Trigo se concentra en uno de los barrios más dramáticos y más cargados de historia de la Ciudad de México: Nonoalco-Tlatelolco, que es recreada tanto en su dimensión histórica como en su vida moderna. Para el académico, acaso su contribución más notable a las letras mexicanas es el lenguaje que desempeña el papel protagónico de la novela.

Celorio también ubicó José Trigo, con la que Del Paso recibió el Premio Xavier Villaurrutia 1966, dentro de la tendencia literaria del neobarroco, cuyo horror al vacío se ve colmado en ello con un discurso pletórico que nos devuelve verbalizada, es decir, creada una parte de nuestra historia largamente sometida al silencio.

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▲ El autor de José Trigo en una imagen captada en octubre de 1998.Foto La Jornada

Según el poeta Vicente Quirarte, el secreto de la permanencia de las letras de Fernando del Paso entre nosotros se debe a su fe en la poesía como el acento más alto al que puede aspirar alguien que se enfrenta al lenguaje. Es nuestro ejemplo más claro de quien al construirse nos construye, al forjarse un lenguaje, hace más prestigioso y fuerte el colectivo.

También ensayista y escritor, Quirarte recordó que Del Paso igualmente creaba mundos alternos con sus dibujos, montajes y esculturas. Cuando ingresó a El Colegio Nacional pidió que le fuera permitido desarrollar ambas pasiones: la literatura y la pintura. Anunció para el segundo semestre de 2019 una exposición sobre escritores que pintan, la que obviamente estará don Fernando.

El poeta y escritor Adolfo Castañón presentó el video hecho con Emilio Cárdenas y Radio y Televisión Educativa para el Fondo de Cultura Económica con motivo de la salida del libro Bajo la sombra de la historia: ensayos sobre el islam y el judaísmo. Vol. 1 (2011), de Del Paso. Antes dijo que el homenajeado es autor de un conjunto de novelas de las más deslumbrantes en la literatura mexicana, que dan cuenta, de alguna manera, de la urticaria que tenía en relación con la historia tanto vivida como padecida, documentada. En este contexto su literatura está marcada por la libertad, relacionada con el impulso lingüístico.