Opinión
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72º festival de Cannes
Inauguración zombi
L

a película inaugural de la competencia oficial no puede ser considerada otra cosa que una decepción. The Dead Don’t Die (Los muertos no mueren), del estadunidense Jim Jarmusch, prometía ser una ocurrente revisión de la película de zombis de la misma forma que lo habían hecho anteriores realizaciones suyas con otros géneros. Por ejemplo, Sólo los amantes sobreviven (2013) –que también compitió en Cannes– era una reflexión sobre el cine de vampiros cuyo humor me llevó a calificarla entonces como una sitcom para hípsters.

Ojalá su más reciente película tuviera esa calidad. Con un reparto de lujo, integrado por previos colaboradores –Bill Murray, Adam Driver, Tilda Swinton, Tom Waits, Steve Buscemi, Iggy Pop, et al–, Jarmusch sigue la estructura rutinaria del género. Un día cosas extrañas parecen suceder: el atardecer se dilata más de lo debido, las mascotas se esconden… y los muertos resucitan convertidos en zombis caníbales. Toca a los representantes de la ley –dos sheriffs interpretados por Murray y Driver– tratar de explicar lo que está sucediendo e imponer una especie de orden, ejecutando zombis. Por supuesto, el ritmo es pausado y el humor es parco, como podría esperarse del autor. Sin embargo, se extraña su excentricismo, su voluntad de salirse del esquema.

Así, The Dead Don’t Die aspira a ser su película más convencional a la fecha. No podía faltar el homenaje a George A. Romero, el padre del género (la primera escena transcurre en un cementerio), ni la trillada explicación de que, sólo matando la cabeza, se muere el zombi. Jarmusch incluso ejerce la violencia gore en varias instancias sin que resulten irónicas siquiera. La única novedad es que cuando recibe disparos o es cercenada, la cabeza zombi estalla en una nube de humo negro.

Incluso el humor coquetea con la sangronada, como cuando la pista sonora insiste en tocar la canción tema, una composición country de Sturgill Simpson, y los personajes reaccionan a ella con gusto u odio (yo me inclino por lo segundo). Otros gags dudosos ocurren cuando el personaje de Driver insiste en predecir que todo va a acabar mal y explica que lo sabe porque ha leído el guion (Jim me lo prestó). Más que elementos meta, parecen chistes sacados de la revista Mad.

En cambio, lo inexplicable es la presencia de Swinton como una escocesa de la variante extraterrestre. Igual que el personaje de Michonne en la serie The Walking Dead, la mujer elimina a zombis con una espada samurái. De hecho, toda la película se asemeja a un episodio largo y lento de dicho programa.

Por vez primera, la ceremonia de inauguración del festival y la película fueron transmitidas a cerca de 600 salas en toda Francia. O sea, que junto con las personas que asistieron emperifolladas a la sala Lumière del Grand Palais, miles de ciudadanos franceses participaron del evento de manera informal. Todo hubiera sido mejor con un título más satisfactorio. Lástima.

Twitter: @walyder