Brasilia. La juez Gabriela Hardt, quien condenó a Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción, admitió que escribió su sentencia usando de modelo la decisión del ex juez Sergio Moro también contra el ex presidente, publicó ayer el portal Brasil 247.

La defensa de Lula presentó un recurso ante el Supremo Tribunal Federal en el que alegó que el ex mandatario no fue propiamente juzgado.

Nuestro sistema tiene un modelo para que los jueces redactemos cada fallo sobre éste; así lo hago en todas mis sentencias, aseguró Hardt.

La magistrada agregó que rara vez redacta una sentencia partiendo de cero porque sería mucho trabajo.

Confirmó que en el caso de Lula el veredicto más parecido disponible en el sistema era el de Moro, actual ministro de Justicia, quien condenó al ex gobernante por supuestos actos de corrupción en el caso del departamento de Guarujá. Por eso, utilizó ese fallo para redactar el suyo.

Hardt reconoció que antes de comenzar a escribir la sentencia contra Lula fue advertida por amigos de que su defensa habría contratado a un experto para analizar su decisión.

Al respecto, la defensa del ex dirigente obrero divulgó la opinión del experto Celso Ribeiro del Picchia, miembro emérito de la Asociación de Peritos Judiciales del Estado de Sao Paulo y de la Asociación Brasileña de Criminalística.

Del Picchia aseguró que existe certeza de que la sentencia sobre el caso del sitio Atibaia fue superpuesta al archivo de texto del dictamen sobre el de Guarujá, ante las múltiples coincidencias en la terminología.

Por el informe, los abogados defensores de Lula señalaron que el ex presidente no ha sido juzgado adecuadamente en los tribunales inferiores; por el contrario, sólo se están formalizando decisiones condenatorias prestablecidas.

Desde el 7 de abril de 2018 Lula cumple sentencia por haber recibido presuntamente un lujoso departamento en la ciudad de Guarujá, en el litoral de Sao Paulo, de la constructora OAS, a cambio de favorecer a la compañía en contratos con la estatal Petrobras.

En febrero pasado el ex gobernante recibió otra condena por las reparaciones que las constructoras OAS y Odebrecht hicieron en una propiedad rural atribuida al ex jefe de Estado en Atibaia, Sao Paulo, como pago a sus favores políticos.

Ante las acusaciones, el fundador del Partido de los Trabajadores insiste en que es víctima de una persecución política y que luchará hasta el final por su dignidad.

En tanto, una corte de Brasil determinó ayer la liberación del ex presidente conservador Michel Temer, detenido la semana pasada por un caso de corrupción vinculado al megaescándalo Lava Jato, pero aplicó en su contra medidas cautelares, como el bloqueo de sus bienes.

Los cuatro jueces de la sexta corte del Superior Tribunal de Justicia, de tercera instancia, votaron por unanimidad en favor de otorgar un habeas corpus a Temer (2016-2018), en prisión preventiva por segunda vez desde marzo. La liberación debe efectivizarse en las próximas horas.

Temer, de 78 años, estaba detenido desde el 9 de marzo en una estación policial en Sao Paulo.