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Ruta Sonora

El agotamiento del rocanrol y la moralina como amenaza

E

n días recientes, dos sucesos quizá no tan sonados masivamente, pero sí entre entendidos, recordaron de forma clara cuál es el status actual del rocanrol, esa expresión que en sus momentos más altos ha ido de la mano de la transgresión, a pesar de que haya muerto y revivido en muchas ocasiones desde los años 50 del siglo pasado, cada vez a partir de un nuevo salto, ya sea de actitud o estético. El tema ya hasta suena obsoleto. Sin embargo, la música siempre nos vuelve a sorprender, ya sea desde la guitarra, los beats o las rimas. Actualmente, muchos signos muestran al rock como aletargado, a manos de diversos verdugos; uno de ellos es “la dictadura de la moralina”, a decir del brillante poeta y cantante australiano Nick Cave.

El naufragio de Woodstock 50

El 29 de abril trascendió que se cancelaba el concierto que recordaría los 50 años del emblemático festival Woodstock (agosto 15 a 17 de 1969), tras ser pospuesto de marzo pasado a agosto 16, 17 y 18 de 2019 en Watkins Glen, Nueva York, según la inversora Dentsu Aegis Network; sin embargo, su fundador Michael Lang dice que buscará otro empresario para salvar las fechas. Para muchos fue un alivio tal cancelación tentativa, pues el cartel desmerecía a tan histórica efeméride, con artistas pop como Jay Z, Miley Cyrus, Imagine Dragons (aunque también estarían los veteranos de los años 60: Santana, Robert Plant, David Cosby, John Fogerty).

Mientras se lleva a cabo o no, su inestabilidad, lo disparejo del elenco, sólo refleja la era actual, en que la música de calidad hace mucho que no es un movimiento social que acompañe a quienes buscan remover conciencias, sino que se ha vuelto de nicho, para unos cuantos, mientras que la música blanda para las masas, se ha vuelto un gadget en serie, un accesorio desechable, en el cual hacer check in a través de selfies y montajes efímeros en redes, donde la música es lo menos importante. Qué lejos en espíritu estaría del Woodstock original, tan lleno de mensajes de paz y cambio de conciencia, de éste de 2019, fútil y hueco, de llevarse a cabo.

Cave: los puritanos son enemigos del arte

Nick Cave por su parte dio la nota al exponer en su página Red Hand Files, en la cual contesta a sus seguidores, que ante la “ola de moralina que aplasta al rock y las artes, quizá no merezca ser salvado”, pues ya está muy afectado por el cansancio, la confusión y la falta de corazón; ya no tiene el vigor para enarbolar las grandes batallas que siempre ha librado.

El tema salió cuando un fan le preguntó si cree que la conducta de un artista debe determinar si aprobar o no su obra. Cave ahondó: El rock ha luchado a lo largo de su amplia vida, para sobrevivir; está en su naturaleza mutar y transformarse; morir para volver a vivir. Y morir cada vez es lo que le permite seguir avanzando. Como músicos siempre estamos en peligro de volvernos obsoletos o ser traspasados por las siguientes generaciones. A partir de ahí, reflexiona: El rock se ha vuelto inofensivo, seguro, alienado, más nostálgico que innovador, más cauto y corporativo. El nuevo fanatismo por lo políticamente correcto está dañando a la cultura actual, pero eso en realidad me parece algo bueno; quizás es lo que necesita el rock para morir y renacer. No veo al rock actual con la solidez y fortaleza para combatir a esos puritanos enemigos de la imaginación y el arte.

La imaginación se lleva con lo prohibido

Abunda: Hace falta una gran oleada de creatividad; una música salvaje, peligrosa y radical, que regrese al rocanrol al negocio de la transgresión. Algo poderoso y subversivo, de lo cual pueda surgir algo monumental. Pero es importante recordar que la imaginación se lleva con lo prohibido, y la mayoría de los innovadores en el rock han llevado todo, menos vidas perfectas: es el artista que transgrede las convenciones sociales, el que trae de vuelta ideas que dan una nueva luz sobre lo que implica estar vivo. De hecho, ése es el deber del artista. Y muchas veces ese viaje está acompañado por una conducta disoluta, y más en el rocanrol. Ya será una decisión del escucha si se compromete o no con ese trabajo. Y reitera: El rocanrol vive un momento deprimente, y es un hecho que todas estas figuras santiguadoras y piadosas están matando la creatividad.

Ya en otro momento este espacio reflexionará sobre el dilema ético entre seguir o no la obra de un artista a partir de su conducta personal. Entre tanto, es verdad que el rock está en un momento de meseta como movimiento multitudinario irruptor, y que la doble moral está limitando su poder para reflejar los vericuetos del ser humano, con sus errores propios. Difícil se ve que resurja pronto en aquellos viejos términos pues va quedando como género especializado, de culto, lo cual tampoco está tan mal. Además, por fortuna, destellos aislados de calidad aún nos cobijan, así como uno que otro sobreviviente transgresor de la vieja guardia (conciertos).

Twitter: patipenaloza