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Soy el presidente más transparente en la historia

Histeria de Trump detona batalla contra el Congreso estadunidense

Se niega a entregar documentación sobre el pago de sus impuestos y ordena a funcionarios no acudir a comparecer ante comités legislativos

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▲ Donald Trump y su esposa, Melania, ayer en Atlanta durante su participación en la cumbre sobre el abuso de medicamentos recetados y heroína. En octubre de 2017 el mandatario declaró una emergencia de salud pública por el elevado número de muertes por sobredosis.Foto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 25 de abril de 2019, p. 22

Nueva York. Donald Trump ha detonado una batalla entre la Casa Blanca y el Congreso al declarar que no cooperará con investigaciones y ha desatado un torbellino histérico con tintes paranoicos con su insistencia de: no hice nada malo, y atacando a los demócratas, a los medios y a cualquiera que se atreva a cuestionar su inocencia.

Trump amenazó este miércoles con acudir a la Suprema Corte si los demócratas se atreven a impulsar un proceso de destitución, o impeachment, en algo que es motivo de intenso debate entre el partido opositor; continuando con una ofensiva retórica cada vez mas histérica desde que se difundió el informe final del fiscal especial Robert Mueller, el cual dejó en manos del Congreso determinar la culpabilidad del presidente en torno al delito de obstrucción de la justicia.

Sin embargo, la Suprema Corte no tiene nada que ver con un impeachment; según la Constitución es un proceso exclusivo del Congreso y este miércoles varios expertos señalaron que esta advertencia sólo reveló la ignorancia del presidente sobre la carga magna. La propia Suprema Corte emitió un fallo unánime en 1993 que confirma esto.

El presidente reiteró: “el informe Mueller, a pesar de haber sido escrito por demócratas enojados y los que odian a Trump, y con dinero ilimitado detrás… no pudo echarme el guante. NO HICE NADA MALO”.

Trump y sus asesores expresaron que la Casa Blanca no cooperará con ninguna investigación legislativa de la Cámara de Representantes, ahora bajo control de los demócratas, y esta semana se negaron a entregar la documentación sobre el pago de impuestos del presidente y algunos de sus funcionarios no cumplieron órdenes para comparecer ante comités legislativos que investigan el comportamiento del Ejecutivo, sobre todo en relación con la pesquisa de Mueller, pero también otros rubros.

La estrategia de la Casa Blanca, justificada tanto por el propio Trump como por su abogado personal, Rudolph Giuliani, es de combatir todo contra las investigaciones legislativas sobre Trump al argumentar que ya se cooperó plenamente con Mueller, con la entrega de documentos y con testigos, y que esto sólo es repetir todo de nuevo, motivado sólo por intereses políticos partidarios. No hay ninguna razón por la cual ir más lejos, afirmó Trump en entrevista con el Washington Post este martes.

Este miércoles comentó a periodistas en la Casa Blanca: vamos a dar la batalla contra todas las órdenes de comparecencia, y afirmó: “éstas no son personas imparciales, los demócratas están intentando ganar en 2020… no me van a vencer”. Y para acabar, declaró ante la incredulidad de reporteros: he sido el presidente más transparente en la historia de este país hasta la fecha.

Los demócratas acusan que todo esto sólo muestra que Trump tiene algo que esconder y que obstaculiza la responsabilidad del Congreso. El representante Elijah Cummings, presidente del Comité de Supervisión Gubernamental de la cámara baja –contra quien Trump ha interpuesto una demanda judicial–, declaró: parece que el presidente cree que la Constitución no es aplicable a su Casa Blanca, que puede ordenar a oficiales violar sus obligaciones legales, y que puede obstruir todo intento del Congreso para realizar una supervisión.

Advirtió –y varios expertos coinciden– que esta estrategia de ordenar a funcionarios no cooperar es un patrón de obstrucción masivo, sin precedente y creciente, y por lo tanto podrían estar sujetos a acusaciones criminales.

Este enfrentamiento directo de la Casa Blanca contra el Congreso, aseguran observadores, podría tener que llevarse ante tribunales.

¿Impeachment o no?

Mientras, hay división e intenso debate entre demócratas y sus estrategas sobre el tema de la destitución. La cúpula del partido, encabezada por la presidenta de la cámara baja, Nancy Pelosi, se ha opuesto, pero más recientemente, ante presiones de sus filas, no ha logrado imponer su preferencia.

Pelosi argumentó, en un foro de la revista Time el martes, que si los hechos nos llevan ahí, no tenemos opción, pero aún no estamos ahí, repitiendo que el asunto es muy divisivo, y no necesariamente es la opción más efectiva para enfrentar a Trump, ya que se aproximan las elecciones presidenciales de 2020.

Algunos de los que se oponen temen que ese proceso sólo logrará unir a los republicanos y finalmente podía beneficiar la relección de Trump, y que la mejor opción es continuar con las investigaciones legislativas.

Pero la precandidata presidencial y senadora demócrata Elizabeth Warren abogó por el inicio del impeachment la semana pasada, dado a conocer el informe Mueller, afirmando que no hay excepción por inconveniencia política en la Constitución, esto no se trata de política, sino de principios, de qué tipo de democracia queremos tener. Kamala Harris, otra precandidata y senadora, se sumó a esa posición, así como el representante Julian Castro. Los otros 16 precandidatos presidenciales siguen divididos, incluido el senador Bernie Sanders.

Según la Constitución, el Congreso puede separar a un presidente de su cargo por traición, soborno y otros altos delitos y violaciones. El proceso se inicia con la cámara baja formulando cargos (a lo cual se le llama impeachment), y entonces el Senado convoca un juicio político con los senadores en el papel de un jurado; se requiere por lo menos dos tercios del voto de la cámara alta para condenar y destituir al presidente. Con un Congreso dividido, el proceso podría incidirse en la cámara baja, ya que es controlada por los demócratas.

En tanto, la ofensiva beligerante de Trump sobre este asunto (ha tuiteado más de 50 veces desde el jueves sobre el informe Mueller) durante los últimos días sorprende a varios que suponían que con la investigación de dos años concluyendo que no hubo pruebas de una conspiración o colusión con los rusos, el presidente y su equipo continuarían con su estrategia inicial de festejar (y engañar) lo que decían era una exoneración total.

Pero no todo estaba enfocado en Mueller. El presidente revivió versiones comprobadas como falsas hace dos años de que agencias de inteligencia británicas espiaron su campaña a solicitud del presidente Barack Obama; esto, un día después de aceptar una invitación para una visita de Estado a Gran Bretaña.

En su tormenta de más de 50 tuits en unas 24 horas, también atacó a los medios, insistiendo en que algunos le deben una disculpa, y que son enemigos del pueblo.

Ah, y también amenazó con un enfrentamiento armado contra México.