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Banco de México y la política monetaria
E

n su más reciente reunión la junta de gobierno del Banco de México (BdeM) decidió mantener el objetivo de la tasa de interés interbancaria a un día en 8.25 por ciento. Con esta decisión Banxico mantuvo una de las tasas de interés más altas en los países emergentes con estabilidad financiera. En el comunicado en el que se hace pública esta decisión, se informa que todos los miembros de la junta votaron a favor de mantener la tasa en 8.25 por ciento. Sin embargo, se hace explícito que Gerardo Esquivel, uno de los dos miembros recientes, estuvo en desacuerdo con el tono restrictivo del comunicado.

Esquivel discrepa de cómo se expresa el balance de riesgos que enfrenta la economía mexicana y el contenido restrictivo del comunicado sobre la decisión de política monetaria. Para entender esta diferencia conviene revisar el balance de riesgos que decidió publicar la junta de gobierno del BdeM. A nivel global los riesgos que se destacan son: un aumento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, una salida desordenada de Gran Bretaña de la Unión Europea, un crecimiento de China menor al esperado, una desaceleración mayor de algunas economías, así como tensiones políticas y geopolíticas. En conjunto expresan, de acuerdo con el comunicado del BdeM, un balance sesgado a la baja que sugiere que la mayor probabilidad es que la economía global crezca menos que lo que se prevé.

Un asunto que tiene relevancia en este balance de riesgos es lo que están decidiendo los bancos centrales de mayor peso global. En el comunicado se señala que las condiciones monetarias no se restringirán en un futuro cercano: las tasas de interés de referencia global se mantendrán sin cambios. La Reserva Federal (Fed) en su pasada reunión mantuvo la misma tasa y anunció que serán pacientes para realizar ajustes. Lo mismo han hecho los bancos centrales de Canadá, el europeo, el de Inglaterra y Japón. Estos bancos han decidido esto porque reconocen que la desaceleración de sus economías ha sido mayor a la esperada.

En cuanto a la economía mexicana, en el mencionado comunicado oficial se informa que en los anteriores tres trimestres la inversión, tanto pública como privada, ha registrado caídas consecutivas; las exportaciones se han reducido en dos trimestres seguidos, lo mismo que el consumo. De modo que la demanda agregada ha caído. La información disponible da cuenta que, además, en los primeros meses de 2019 la actividad económica mantuvo la misma trayectoria de bajo crecimiento. El Indicador Global de la Actividad Económica, que registra el desempeño de las actividades productivas, esta creciendo a un ritmo menor al esperado. Lo mismo ocurre con los componentes del sistema de indicadores cíclicos que publica el Inegi.

Según el comunicado, también para la economía mexicana hay un balance de riesgos sesgado a la baja en un horizonte que, según otro de los miembros de la junta de gobierno, pudiera ser tanto de corto como de mediano plazo. En este sentido, para el BdeM se agregan otros riesgos internos: prolongación o incluso deterioro del ambiente de incertidumbre, que ha mantenido en niveles bajos la inversión y que pudiera afectar el consumo; reducción de la calificación crediticia de Pemex o CFE; retrasos en el ejercicio del gasto público; riesgo en la ratificación del nuevo tratado comercial con Canadá y Estados Unidos, y una recuperación más lenta de la producción petrolera respecto a lo esperado.

El último asunto importante para entender la situación económica por la que estamos atravesando es la evolución de la inflación. Entre enero y la primera quincena de marzo, la inflación cayó de 4.37 a 3.95 por ciento, de modo que se ubicó en el rango de variabilidad que busca el banci central: 3 por ciento más/menos un punto porcentual. La mediana de las expectativas para 2019 y 2020 disminuyó también de 3.80 a 3.65 para 2019 y de 3.71 a 3.60 para 2020. Estas previsiones, aunque resultan mayores a lo que espera el BdeM, se sitúan dentro de los límites que ha propuesto la política monetaria. En términos del balance de riesgos en este ámbito el comunicado que estamos comentando reconoce que es estable.

La disputa de Esquivel se sitúa en dos aspectos: los riesgos inflacionarios, para él, no son estables, sino que están a la baja, por la existencia de condiciones de mayor holgura en nuestra economía, junto con una mayor desaceleración de la economía mundial. Además, los cambios en la postura monetaria de la Fed y del Banco Central Europeo permitían un comunicado más neutral. A esto añade, que a él le preocupa menos que a los otros miembros de la junta el posible impacto en la inflación del aumento del salario mínimo. El desacuerdo importa, porque da cuenta de apreciaciones distintas a corto plazo: más optimistas las de Esquivel y menos las del resto de la junta de gobierno. Se trata, para entenderlo más claro, de si se acepta o no el pronóstico de AMLO sobre el posible desempeño de la economía este año y el próximo. El comunicado del BdeM deja claro que la mayor parte de la junta no le cree a AMLO.