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México SA

Economía desinflada // Escoltas: que siempre sí

A

ño tras año, las condiciones no son diferentes a las registradas en los últimos seis sexenios, pero todo indica que los expertos en economía están más sensibles que nunca pues, contrario a su permanente confianza de tiempos pasados, desde ahora encienden los focos amarillos ante la desaceleración en el ritmo de crecimiento del país. Pero la mexicana no es la única economía que va a la baja, pues según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados –de cuyo análisis se toman los siguientes pasajes–, el descendente pronóstico nacional para 2019 y 2020 va de la mano del mundial.

El Fondo Monetario Internacional recortó su perspectiva, en parte, a raíz de los efectos negativos de las alzas en aranceles introducidos, previamente, en Estados Unidos y China. De tal manera que el organismo proyecta que la economía mundial crezca 3.5 por ciento en 2019 y 3.6 en 2020; es decir, 0.2 y 0.1 puntos porcentuales menos de lo proyectado en octubre de 2018.

Hay varios riesgos para la economía mexicana, como un contexto internacional adverso caracterizado por un alto grado de volatilidad de los mercados financieros internacionales que afecte el flujo de inversiones a las economías emergentes; la ampliación de las tensiones comerciales y geopolíticas que propicien más incertidumbre, una afectación a las cadenas globales de valor y un aplazamiento en la aprobación del nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá (T-MEC) que impacte al comercio exterior.

Para el caso mexicano, el escenario macroeconómico previsto por la Secretaría de Hacienda para el cierre de 2019 y el desempeño en 2020 se sustenta en la evolución y en las perspectivas de un entorno económico con señales de desaceleración a escala global, en las expectativas de los analistas del sector privado y en los precios de los futuros de algunos indicadores financieros.

Como variable de apoyo, Hacienda espera que el crecimiento económico real de Estados Unidos este año sea de 2.4 por ciento, inferior en 0.2 puntos porcentuales respecto de la estimación de 2.6 por ciento presentada en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) 2019, lo que contrasta con el ajuste que se da para su sector industrial, pues se estima que este último crezca 2.8 por ciento.

A su vez, los especialistas del sector privado ubican el crecimiento del PIB de Estados Unidos para el cierre de 2019 en 2.34 por ciento, dato por debajo de lo considerado tanto en CGPE-2019 como en los Precriterios; y para 2020 se estima un incremento de 1.83 por ciento cercano a lo considerado en los Precriterios. Estos últimos prevén que la economía mexicana crecerá, pero a menor ritmo, al estimar un alza del PIB entre 1.1 y 2.1 por ciento en 2019 (1.6 para efectos de finanzas públicas); mientras que plantea un rango de 1.4 y 2.4 por ciento para 2020 (1.9 para efectos de finanzas públicas).

El sector privado menciona que entre los principales obstáculos para el crecimiento económico de México se encuentran factores que se asocian con la gobernanza, las condiciones económicas internas y las finanzas públicas, destacando los problemas de inseguridad junto con mayor incertidumbre política interna y falta de estado de derecho; así como una reducción de la plataforma de producción petrolera, la cual podría impactar en el crecimiento económico. En el plano externo, el sector privado prevé una mayor debilidad de la economía mundial.

Las rebanadas del pastel

La permanente lloradera de Fox y Calderón rindió frutos: el presidente López Obrador cayó en el garlito y dispuso crear una guardia de seguridad que proteja a este nefasto par de vividores. Ocho guaruras por cabeza, a costillas del erario, por el tiempo que se necesite (AMLO dixit). Bueno, ahora sólo falta que el mandatario ordene una guardia de seguridad personalizada para cada uno de los 120 millones de mexicanos.

Twitter: @cafevega