Un total de 240 migrantes, entre ellos 30 niños y varias mujeres embarazadas, fueron abandonados en la zona serrana de Azumbilla, junta auxiliar del municipio de Nicolás Bravo, Puebla, sin alimentos ni agua, hasta que vecinos de la región les brindaron ayuda.

El martes pasado por la tarde, pobladores que caminaban por Azumbilla vieron a personas que se refugiaban entre los arbustos y los árboles. La mayoría de migrantes, que pretendían llegar a Estados Unidos, son de origen centroamericano y cuando los pobladores se acercaron a llevarles alimentos salieron para recibir la ayuda. Los poblanos se dieron cuenta de que eran más de 200 personas y dieron parte a las autoridades municipales.

Elementos de las policías auxiliar y municipal acudieron al paraje denominado Rojas, donde se concentraron los migrantes en espera del apoyo.

En el sitio había tres camionetas en las que eran trasladados los extranjeros, quienes dijeron desconocer por qué las abandonaron las personas que conducían los vehículos, de las cuales no aportaron información detallada.

Los migrantes llevaban cuatro días varados en la zona y algunos mostraban signos de fatiga y problemas de salud, informó Eustaquio Ramos Quiahua, presidente municipal de Nicolás Bravo. Añadió que todos fueron trasladados a la alcaldía para brindarles atención médica, alimentación y agua.

El alcalde solicitó al Instituto Nacional de Migración que defina la situación de los migrantes.

En tanto, 14 niños migrantes no acompañados recibieron atención en la sede del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia de Tamaulipas en Tampico.

Diputados del PAN en el Congreso tamaulipeco pidieron a la Federación que ayude a los indocumentados que se encuentran en la entidad quienes, según los legisladores, están desesperados ante el vencimiento de sus visas humanitarias. La frontera de Tamaulipas se ha convertido en un cuello de botella para los migrantes, aseveró Glafiro Salinas, presidente de la Junta de Coordinación Política.