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Migrante agredido en Coacalco pierde dedos; no es el primer caso: cónsul de El Salvador

Lo subieron a una camioneta y le dijeron nos vienes a quitar el trabajo

 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de marzo de 2019, p. 11

El cónsul general de El Salvador, José Antonio Domínguez, advierte que hay un clima de animadversión hacia las caravanas de migrantes centroamericanos y eso ha recrudecido las muestras de discriminación contra sus compatriotas, sobre todo en el estado de México.

Al ser entrevistado, el diplomático informó sobre el caso de Juan Márquez, un salvadoreño de 31 años que resultó gravemente herido durante un ataque xenófobo y regresó a su país de origen el jueves pasado después de ser agredido y balaceado el 11 de marzo en el municipio de Coacalco.

Juan llegó al país en julio de 2018 para trabajar y logró emplearse en el estado de México. De acuerdo con los relatos que hicieron al cónsul, su patrón le tenía mucho aprecio y estaba satisfecho con su conducta y desempeño laboral.

Ese día a las 10 de la noche salió a comprar leche. Una combi se detuvo junto a él cuando caminaba y a empujones un grupo de personas lo subió. Mientras lo golpeaban le gritaban pinche migrante, nos vienes a quitar el trabajo y el aire y amenazaron con matarlo si no se iba.

Más adelante detuvieron el vehículo y aventaron a Juan a la calle, mientras se alejaban le dispararon seis veces, afortunadamente ningún balazo fue mortal, pero sus manos quedaron seriamente dañadas al grado de que perdió varios dedos.

Como pudo caminó y unos muchachos lo vieron, tocaron el botón de pánico y llegó una ambulancia de la Cruz Roja. Parte de la noche y madrugada anduvo entre Villa de las Flores y Huehuetoca en busca de un hospital que lo recibiera; creemos que era por su condición de migrante, dijo el diplomático.

A las cuatro de la mañana por fin lo recibieron en el hospital Las Américas, en Ecatepec, de acuerdo con los testimonios que proporcionaron al cónsul Domínguez Mena. En ese lugar también Juan sintió que lo discriminaron; creyeron que lo que le había ocurrido era por ser un malandrín, un ratero.

Entre el 16 y 17 de marzo el consulado comenzó a dar seguimiento al caso por publicaciones en Facebook y al mismo tiempo su empleador se puso en contacto con ellos para avisar lo ocurrido. Con ayuda del consulado se dio parte al Ministerio Público Federal –que remitiría el caso a las autoridades mexiquenses– y a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Sin embargo, la víctima estaba tan asustada que prefirió regresar a su país en cuanto tuvo oportunidad.

El cónsul Domínguez dice que no es la primera vez que un caso de este tipo se registra en el estado de México. “Hemos tenido apoyo de otros hospitales (…) en muchas autoridades la gente (de El Salvador) encuentra apoyo. Igual en la sociedad, hay muchas familias y comunidades que también reconoce que los migrantes son humanos, pero también sentimos bastante discriminación”.