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Gobierno de AMLO no ha informado de la existencia, función y destino de la Residencia Soledad Orozco
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▲ Imágenes tomadas dentro y fuera de la propiedad ubicada en Bosque de Antequera 60.Foto cortesía del blog Grandes casas de México, de Rafael Fierro Gossman
 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de febrero de 2019, p. 8

A poco más de 80 días del inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, todavía no se informa acerca de la existencia de la ostentosa Residencia Soledad Orozco, en la cual se encuentran obras de arte y muebles de lujo.

En contraste con el Complejo Cultural de Los Pinos, donde quedaron muy pocos objetos de valor, en la casona que se ubica en La Herradura, en lo que fuera el rancho del ex presidente Manuel Ávila Camacho, en Huixquilucan, estado de México, y que pertenece a la Presidencia de la República, se tienen inventariados más de mil 300 obras de arte y objetos de difícil reposición, entre adornos de porcelana, candiles de cristal cortado de Baccarat, esculturas de mármol, tapices franceses, decenas de muebles de caoba estilo Luis XV, así como una colección de fusiles de los años 40 con el escudo nacional.

En las paredes de la mansión cuelga, por ejemplo, un autorretrato de José Clemente Orozco, de 1940, con un valor de inventario de 6 millones 310 mil 240 pesos; un retrato de Simón Bolívar hecho por David Alfaro Siqueiros, también en los años 40, cotizado en casi 4 millones de pesos, y al menos tres óleos del pintor novohispano Miguel Cabrera, valuados en un millón 350 mil pesos cada uno.

El lugar está cerrado al público y, de acuerdo con datos obtenidos por La Jornada en la Plataforma Nacional de Transparencia, no existen registros de que durante el sexenio pasado esa propiedad se haya usado para reuniones de trabajo, oficinas o comidas oficiales, ni siquiera como hospedaje para invitados especiales u otras funciones propias de la Presidencia de la República, como ordena un acuerdo de donación publicado el 18 de julio de 2017.

Sin embargo, el mantenimiento del inmueble costó casi 300 millones de pesos del erario durante la administración de Enrique Peña Nieto. Tan sólo en 2018 el gobierno federal reportó que pagó, en promedio, por servicios de agua alrededor de 673 mil pesos mensuales, y de luz, un millón 935 mil 736, también cada mes.

El gobierno de López Obrador no ha informado del destino que tendrá la propiedad o si se continúan pagando esas sumas.

Este diario publicó el 21 de diciembre de 2018 que miembros de la Policía Federal custodian la entrada de la casona y no hay acceso a menos que se cuente con un permiso que debe solicitarse en oficinas de Presidencia. La residencia es del gobierno, pero no puede entrar cualquier persona.

Desde esa fecha, este diario ha solicitado al área de comunicación social de Presidencia de la República y al vocero del presidente Andrés Manuel López Obrador acceso a la mansión, así como más datos acerca de la propiedad, sin obtener respuesta.

Con la implementación de los portales de transparencia, la Residencia Soledad Orozco ha sido uno de los inmuebles federales que más curiosidad ha provocado a la ciudadanía y a la prensa, pero ha sido poca la información que ha fluido, sobre todo con referencia al uso que se le da.

Durante la administración de Felipe Calderón se censuró, por ejemplo, el avalúo de las 61 pinturas que ahí se encuentran e incluso se omitió el nombre oficial del lugar, llamándolo simplemente casa de visita de presidentes de otros países.

No obstante la confidencialidad, vecinos de la zona y comentarios en redes sociales afirman que la mansión de Huixquilican ha servido, al menos la reciente década, para realizar costosas fiestas y reuniones privadas de los presidentes en turno y sus allegados.

Aledaña a casa de seguridad de La Barbie

El palacete se ubica en Bosque de Antequera 60, la misma calle donde se encuentra la casa de seguridad (en el número 93) en la cual fue aprehendido en 2010 Gerardo Álvarez Vázquez, El Indio, uno de los principales operadores del narcotraficante Édgar Valdez Villarreal, La Barbie.

El Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin) la valuó hace cuatro años en 180 millones 184 mil 21.06 pesos. El predio mide 51 mil 336.10 metros cuadrados.

Se sabe que fue donada por la viuda del ex presidente Manuel Ávila Camacho, Soledad Orozco, a la Presidencia en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, con la condición de hospedar a mandatarios extranjeros en visita de Estado, situación que ha ocurrido en pocas ocasiones. El último visitante distinguido del que se tiene registro fue el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien habría pernoctado en la mansión entre el 26 y el 28 de junio de 2007, invitado por Felipe Calderón.

El Diario Oficial de la Federación publicó en 2017 un acuerdo en el que se indica que si la Presidencia de la República da al inmueble un uso distinto al establecido (residencia ocasional de mandatarios extranjeros en visita oficial o funciones propias de la Presidencia de la República), sin la previa autorización de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se retirará de su servicio para ser administrado directamente por el Indaabin.

La Oficina de la Presidencia, por medio de su portal de transparencia, informó a La Jornada que se desconoce el número de personas a cargo de la residencia y sus salarios, debido a la imposibilidad de consultar con el Estado Mayor Presidencial (instancia que se habría hecho cargo de la casona algunos años), pues desde el primero de diciembre de 2018 está en receso esa corporación, así como los organismos que lo integran.

Una revisión del inventario de los objetos de la casa dan fe del lujo y derroche que han disfrutado quienes han tenido el privilegio de ser huéspedes de la que fuera la casa de descanso y lugar donde murió Ávila Camacho: champañeras plateadas (con valor de 3 mil pesos cada una), un carro de servicio de madera de 7 mil 232 pesos, cenicero de porcelana azul (4 mil), copas de cristal con base de latón (6 mil cada una), pianola de media cola con 61 rollos (150 mil), alhajeros y floreros (50 mil pesos cada uno), dulceros de cristal (8 mil pesos por pieza), depósito de puros en plata (10 mil), pedestales y columnas de mármol verde jaspeado (15 mil cada uno).

La propiedad también cuenta con una capilla, donde está un altar dorado estilo churrigueresco, medallones de ángeles, 12 santos en relieve y un Cristo crucificado, valuados en 94 mil 653 pesos. En ese espacio destaca un misal en latín, con pastas de piel y madera, aplicaciones laminadas, separadores de seda y medallones en piel labrada con valor de 50 mil pesos.