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Presidencia valuó dudoso Rivera bajo su resguardo en 31.5 mdd; es falso: expertos

Vendimia de flores está entre las obras de arte que se alojan en la Residencia Soledad Orozco; no se ubica en catálogos del artista ni está registrada en ningún área del INBAL

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▲ Fachada de la casa donde se encuentra el cuadro Vendimia de flores, atribuido a Diego Rivera, cuya imagen no está en ninguno de los catálogos oficiales del artista.Foto cortesía del blog Grandes casas de México, de Rafael Fierro Gossman
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▲ Fragmento de una de las hojas del inventario de Presidencia donde se muestra el avalúo de esa pintura presuntamente falsa.Foto cortesía del blog Grandes casas de México, de Rafael Fierro Gossman
 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de febrero de 2019, p. 7

La Presidencia de República posee un palacete versallesco lleno de obras de arte y lujosos muebles cuya función es un misterio.

Entre los miles de objetos que resguarda la Residencia Soledad Orozco (como se conoce a esa propiedad que se encuentra en La Herradura, Huixquilucan, estado de México), La Jornada ubicó un óleo titulado Vendimia de flores (1949), atribuido a Diego Rivera, el cual, de acuerdo con expertos consultados por este diario, podría ser falso.

Sin embargo, según datos obtenidos en la Plataforma Nacional de Transparencia, la obra, que mide 1.49 por 1.79 metros, con marco dorado de hoja, está valuada por la Oficina de la Presidencia de la República en 31 millones 551 mil 200 dólares. Se trata de un precio absurdo, no puede valer eso, simplemente porque no es un Rivera, coinciden cuatro especialistas en la obra del muralista.

Opiniones de expertos

Entre las personas a las que La Jornada pidió opinión, y que solicitaron omitir sus nombres, figuran coleccionistas, directores de museos, críticos de arte y alguien cercano a las instancias que tienen la encomienda de resguardar el legado de Rivera, el cual es patrimonio de la nación.

La pintura tiene el número de inventario 02-I120400112-00036 y no aparece en el Catálogo general de obra de caballete del artista, realizado por el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) en 1989. Tampoco se cuenta con ningún registro ni imagen de la pieza en alguna otra área del instituto.

Pero en 2009 Felipe Calderón lo sacó de la mansión y del país para presumirlo como auténtico en Washington.

El cuadro formó parte de una improvisada exposición que se tituló Masterpieces of Mexican Art, la cual se presentó en el Instituto Cultural de México (ICM), donde Calderón tuvo su primer encuentro con el entonces presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama.

De acuerdo con reportes de la prensa de la época, la muestra careció de una curaduría profesional. Se eligieron al azar 29 vistosas obras (entre prehispánicas, pinturas y gráfica del siglo XX) para adornar el encuentro entre los mandatarios, quienes apenas vieron un par de minutos la exposición, que recorrieron en menos de cinco minutos.

Quienes organizaron la muestra Masterpieces of Mexican Art fueron los entonces funcionarios Sergio Vela, quien era presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes; Teresa Franco, directora del Instituto Nacional Bellas Artes; Alberto Fierro, director de Asuntos Culturales de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y Alejandra de la Paz, encargada en esos años del ICM en la capital estadunidense.

No obstante, la obra sorprendió. Una de las escasas reseñas de la prensa española describió Vendimia de flores como uno de los cuadros más difíciles de encontrar de Diego Rivera.

Por el tamaño y el tema, de ser auténtica, “Vendimia de flores tendría que valer la mitad del avalúo que hace Presidencia, pues hay que recordar que el legado de Rivera, al ser patrimonio nacional, no puede salir tan fácilmente de México; entonces cualquiera de sus pinturas de caballete valen menos al no poder ir al extranjero”, comentó uno de los especialistas consultados.

“¿Por qué no está en catálogo general? Es poco probable que el coordinador de esa investigación, Rafael Cruz Arvea, no pudiera tener acceso a la obra. Entonces, la respuesta es simple: porque no se trata de una obra de Diego.

Basta comparar el rostro de la mujer que sería Dolores del Río; es extraño, en el sentido de que parece de calendario, muy comercial; además, no es la paleta de Rivera, en todo caso se trataría de una obra muy menor, explicó otro de los consultados.

Un tercer experto afirmó, contundente: No sé de qué autor sea, pero de Diego no es. En el cuadro se muestra a la actriz Dolores del Río con gladiolas rosas, naranjas y rojas en la mano, atrás de un Diego niño, con sombrerito, mirando curioso al espectador de la escena. Aparece otro vendedor de gladiolas blancas y en medio una mujer cargando un enorme cesto de alcatraces, un tanto escondidos, junto a una pequeña.

La cara de esa Dolores del Río dista mucho de los trazos del cuadro en el que la pintó Rivera, que se titula Vendedora de flores (1949) y pertenece al acervo del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía desde 1988. Tampoco se parece al ahermoso retrato que Rivera le hizo a la actriz, quien además fue una de sus amigas cercanas.

Según los datos de la Oficina de la Presidencia, obtenidos por La Jornada a través de la Plataforma Nacional de Transparencia del Gobierno Federal, ese presuntamente falso Rivera es el lienzo más valioso de los que se encuentran en la mansión de Huixquilucan.