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El PRI se vuelve un partido chiquito, pero puede reconstruirse: Rubén Moreira Valdez

La dirigencia debe preparar una propuesta de comité ejecutivo

 
Periódico La Jornada
Martes 12 de febrero de 2019, p. 14

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha entrado en una etapa de supervivencia política, que pasa por encontrar nuevos electores y renovar a su presidente y su secretario general, en votaciones legítimas, abiertas a la militancia, que a su vez puedan convocar a la transformación del tricolor, consideró el ex gobernador de Coahuila Rubén Moreira Valdez.

La nueva dirigencia debe poder ir a hablar con los militantes a la selva, a las Lomas en Tijuana. Ya no puede ser una de Polanco o sólo de Insurgentes Norte, donde se encuentra su sede nacional, dijo el ahora legislador.

En entrevista, asumió que el PRI perdió su ideología hace 25 años –corría el sexenio de Ernesto Zedillo– y cayó en una especie de esquizofrenia interna: los documentos básicos definían una política y el gobierno hacía otra; desde entonces no hay vida partidaria en términos de los estatutos, y es momento de desterrar los acuerdos de grupos porque, salvo contadas excepciones, todos ellos fueron derrotados.

Por esto, convino que su partido vive el momento más difícil de su historia por el resultado electoral del 2 de julio de 2018. Es la segunda vez que perdemos la Presidencia de la República, y al PRI le da miedo ofrecer a la ciudadanía temas progresistas y nos estamos haciendo un partido chiquito, con nuestro voto duro.

Sin embargo, Moreira consideró que el Revolucionario Institucional tiene la gran oportunidad de reconstruirse antes de las elecciones intermedias de 2021 y las presidenciales de 2024.

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▲ El tricolor tiene que definir su postura frente al poder, dice el ex gobernador de Coahuila, quien aparece en imagen de archivo.Foto La Jornada

Esa reinvención del PRI, evaluó, pasa por definir su postura frente al poder y lograr que la renovación de la dirigencia, en el segundo semestre de este año, se legitime con los votos de los militantes.

De hecho, un sector del partido ya prepara una propuesta de dirigencia. Por lo pronto, Moreira planteó que el consejo político nacional y su presidenta, Claudia Ruiz Massieu, deben presentar a los militantes una agenda para la transición en el comité ejecutivo nacional, que incluye un proceso abierto a los militantes.

En esa agenda se deben construir reglas aceptadas por todos, definir la fecha de la elección y, en lo inmediato, la estrategia para enfrentar las próximas elecciones en seis estados, expuso Moreira.

Ponderó que cuando el PRI consiga elegir una dirigencia con amplio respaldo de votos de los militantes podrá emprender la discusión de cuatro puntos que, desde su óptica, requiere para definir su rumbo.

Esto es, primero revisar su ideología porque en las elecciones presidenciales buscamos a otro tipo de votante, distinto al que siempre nos apoyó, y perdimos sufragios; luego, un nuevo modo de organización, porque un partido que se diseñó como de masas, abandonó sus comités seccionales y municipales.

Además, definir una agenda a los ciudadanos, porque puede caer en decir sí o no a las propuestas del gobierno federal pero sin una oferta sólida y posición frente al poder, así como el relevo en la dirigencia.