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El genio oculto que nadie entiende

Kushner también ha aportado al escándalo político y legal del gobierno de Trump
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 29 de noviembre de 2018, p. 17

Nueva York. Jared Kushner, quien será condecorado con el Águila Azteca, es el encargado presidencial de salvar al mundo y también forma parte del escándalo político y legal que ha marcado el régimen de su suegro, Donald Trump, desde sus inicios.

Kushner está bajo investigación federal por el fiscal especial y se le indagaba por posibles conflictos de interés por la Oficina Federal de Investigación (FBI por sus siglas en inglés), cuyo director fue despedido poco después. También se le investigaba en Nueva York por hostigamiento de inquilinos, entre otras pesquisas sobre sus negocios. Su padre fue encarcelado por evasión de impuestos y corrupción, y durante el primer año de su desempeño como asesores presidenciales, él y su esposa ganaron más de 80 millones de dólares en ingresos externos a sus funciones oficiales, tal vez un récord para funcionarios de la Casa Blanca.

A pesar de las acusaciones obvias de nepotismo, Donald Trump nombró a su yerno como asesor especial del presidente, encargado nada menos que de la promoción de la paz en Medio Oriente, algo llamado innovación, la relación con México, la reforma del sistema penal y más, llevando a que dentro de la Casa Blanca fuera llamado el secretario de Todo.

Pero el Medio Oriente ahora le está provocando una crisis por ser tal vez el oficial estadunidense con la relación más cercana con el príncipe saudita Mohammed bin Salman, quien se sospecha ordenó personalmente el asesinato brutal de Jamal Khashoggi, periodista disidente y colaborador de The Washington Post.

Investigaciones y conflictos de interés

Kushner estaba en la famosa reunión realizada en la Torre Trump en junio de 2016, junto con el hijo de Trump y el entonces jefe de campaña, Paul Manafort, con unos rusos que ofrecían información dañina contra la entonces candidata presidencial Hillary Clinton. En otras ocasiones se entrevistó con un embajador y un banquero ruso, todo lo cual es parte de la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la posible colusión de la campaña de Trump con los rusos y subsecuente obstrucción de justicia.

Para evitar la percepción de conflictos de interés, Kushner simuló desvincularse del negocio familiar al llegar a la Casa Blanca. En enero de 2017 renunció a la empresa de bienes raíces de la familia –Kushner Companies–, pero en lugar de vender sus bienes o separarse de ellos, sólo los trasladó a su hermano y a su madre, y resultó que permaneció en control real de gran parte del imperio empresarial con valor de casi 800 millones de dólares. Su valor neto personal llega a 324 millones, reportó The New York Times, por el cual, como tantos empresarios exitosos, ha logrado pagar casi nada en impuestos federales.

Kushner continuó reuniéndose en la Casa Blanca con empresas financieras potencialmente ligadas a sus negocios, provocando sospechas. Pero también detonó preocupaciones de seguridad nacional: en febrero de este año The Washington Post reportó que agencias de inteligencia se enteraron de que por lo menos cuatro países –Emiratos Árabes, China, Israel y México– habían discutido maneras de explotar los arreglos complejos de negocios, las dificultades financieras y la carencia de experiencia en política exterior de Kushner.

James Comey, entonces director de la FBI, investigaba los contactos de Kushner con extranjeros hasta que fue despedido por Trump, decisión promovida en parte por su yerno.

Primeros pasos

Kushner estudió en escuelas de élite. A pesar de sus bajas calificaciones en la preparatoria, fue aceptado en Harvard –su padre donó 2.5 millones a esa universidad el año de su ingreso– y después en la Universidad de Nueva York.

La familia de Kushner fue contribuyente prominente de políticos demócratas, incluyendo Hillary Clinton. De hecho, Kushner e Ivanka son amigos de Chelsea Clinton.

Después de reconstruir la empresa de su padre para ampliar su presencia en Nueva York –en mucho a base de deuda riesgosa, igual que Trump– Kushner compró el semanario The Observer, que usó para abrir su círculo profesional y conocer a magnates como Rupert Murdoch, quien se volvió amigo y guía, y atacar a enemigos de la familia.

La embajadora estadunidense ante la ONU, Nikki Haley, una vez le comentó al presidente que su yerno es un genio tan oculto que nadie entiende.