Antigua. El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, admitió ayer que el éxodo centroamericano que empieza ya a llegar a las puertas de Estados Unidos es un flujo atípico, y lo atribuyó a una manipulación mezquina de unos cuantos que sólo piensan en sus intereses personales y no en las necesidades de nuestra gente. Y además del aprovechamiento del crimen organizado, que ha sido parte de esta triste historia, aprovechándose de la miseria humana, prometiéndoles visas, refugio, asilo político, visas de trabajo.

En uno de los discursos de la sesión plenaria de la 26 Cumbre Iberoamericana que más expectativas creó, por ser Honduras el país de origen de la crisis humanitaria que representa el desplazamiento de decenas de miles de personas, Hernández hizo un llamado al gobierno de Donald Trump para que, cuando corresponda mantener el orden público, se haga de conformidad con el derecho internacional, velando por los derechos humanos de los migrantes.

Esta petición la formuló en momentos en que miles de familias hondureñas, que han declarado ser desplazadas por las condiciones de violencia y miseria en su país, han arribado a las puertas de Estados Unidos, a Tijuana y otras ciudades fronterizas del norte de México, y cuando el jefe de la Casa Blanca –quien considera ese éxodo masivo como una potencial invasión de extranjeros– ha cubierto grandes áreas del muro fronterizo con alambre de púas y ha desplegado al ejército y la Guardia Nacional armados como si fueran a entrar en combate en toda la línea limítrofe.

El tema de las migraciones no figuraba en la agenda formal de este encuentro que desde 1991 reúne a los gobiernos hablantes del español y portugués y que en esta ocasión se realiza en esta histórica ciudad guatemalteca. Pero la realidad avasalló al programa oficial y desde el mensaje de apertura del mandatario guatemalteco, Jimmy Morales, se colocó en el centro de las intervenciones de los presidentes en la sesión plenaria.

Notable fue, sin embargo, el silencio del presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, quien no hizo alusión alguna al tema, a pesar de que, después de Honduras, su país es el segundo expulsor de migrantes y desplazados de Centroamérica.

En su turno, el presidente de Bolivia, Evo Morales, propuso que el enfoque sobre el tema de las migraciones sea a partir de una perspectiva de derechos. En este instante miles de personas se acercan a la frontera con Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida. Bolivia propone abordar el fenómeno de la migración desde un enfoque de derechos, como una forma de integración de nuestros pueblos.

Y agregó: Los migrantes no pueden ser considerados ilegales, son seres humanos con derechos que tributan con su trabajo al desarrollo de sus países. Por último, hizo un llamado a todos los países de Iberoamérica a suscribir la convención internacional sobre la protección a los trabajadores migrantes como una señal concreta de que la comunidad iberoamericana defiende los derechos de los trabajadores migrantes.

El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, pidió a su vez que los gobiernos reconozcan la acción positiva de los migrantes y que en las medidas que se emprendan para canalizar el problema hacia una entrada regulada y ordenada de migrantes se coloque como eje central de sus acciones el respeto a la dignidad de las personas.

También se refirió a lo que Costa Rica ha experimentado con los flujos de refugiados de Nicaragua, Cuba y Venezuela, que también han llegado a territorio tico en recientes años y meses. A pesar de las presiones y a las voces de odio que se expresaron contra estos nuevos asilados y refugiados, San José respondió con solidaridad, de manera responsable y positiva.

Jimmy Morales, el presidente de Guatemala, otro país que expulsa miles de migrantes y refugiados hacia México, expresó su expectativa de que los países del Triángulo Norte y México logren un pacto donde, para Centroamérica emigrar sea una opción y no una obligación.

Desde España, también hubo una manifestación sobre el tema. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, reconoció el tema migratorio como el más sensible en las regiones y se pronunció por que haya una respuesta humanitaria, coordinada y solidaria frente al problema. Necesitamos marcos regulatorios que garanticen los derechos de los migrantes.

Preocupación hondureña

Pero fue el presidente de Honduras quien pronunció el discurso más largo sobre el tema. Hernández nuevamente culpó al cambio climático y a la caída de los precios del café por la huida de no menos de 10 mil hondureños en grandes caravanas en poco más de un mes, admitió que estos días su país tristemente está en las noticias a causa del flujo masivo sin precedentes.

Desde que arrancaron las caravanas, el gobierno de Tegucigalpa lanzó campañas de difamación contra dos hondureños a quienes Hernández señala como los conspiradores de este movimiento atípico: el diputado hondureño Bartolo Flores y al migrante Irineo Mujica, fundador de la organización binacional Pueblos Sin Fronteras. Contra ambos pesa ya una orden de aprehensión en su país, ya que han sido demandados por el Estado por tráfico de personas y otros cargos.

Incluso pidió el apoyo de México para que se investigue y se judicialice a quienes se encuentre como culpables.