Opinión
Ver día anteriorSábado 3 de noviembre de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Postreros trazos cervantinos
G

uanajuato, Gto. Teatro Juárez. El Teatro de Marionetas de Salzburgo ofrece una puesta en escena de la ópera ¿para niños? Hansel y Gretel, del compositor alemán Engelbert Humperdinck. Los signos de interrogación están ahí para recordarnos que la gran mayoría de los cuentos infantiles más famosos y difundidos contiene una importante cuota de horror. De interés particular, recordar que Humperdinck concibió originalmente algunas canciones sobre el tema para un show de marionetas organizado por sus sobrinas, y sobre las canciones construyó luego la ópera en su forma final. Las marionetas salzburguesas, muy hermosas, igual que su entorno de escenografía y utilería. Iluminación sutil y muy matizada. El manejo de los muñecos, experto y fluido. La música de Humperdinck (pre-grabada), eficaz pero un tanto empalagosa. Sorpresa mayúscula, y no necesariamente buena: se presentó Hansel y Gretel cantada en inglés. Además, un problema de tamaño: me pareció que estas Marionetas de Salzburgo, por sus dimensiones y las de su entorno, requerían de un espacio más apropiado para el teatro de cámara. Dudo que los niños y niñas que estaban en el tercer piso del Teatro Juárez hayan apreciado la belleza de los muñecos. ¿Lo mejor de todo? Que al inicio de la función, cuando las luces se extinguieron y el teatro quedó a oscuras, la numerosa chamacada ahí presente soltó un ¡Aaaah! de sorpresa y expectativa que me conmovió. ¿Será que todavía hay redención posible?

Teatro Cervantes. La Compañía Margi Khatakali de India, con una importante presencia de creadores escénicos españoles, presenta una de las propuestas más ricas y sólidas de este Cervantino: Kijote Khatakali. A pesar de que en el papel se antoja improbable, la idea de narrar una apretada y compacta versión de las aventuras y desventuras de Don Alonso Quijano y su alter ego en clave de danza/teatro Khatakali funcionó espléndidamente. Un Kijote austero, casi ascético, y un Sancho Panza apenas delineado con elementos de vestuario, interactúan con los molinos de viento, con Dulcinea, con el bachiller Sansón Carrasco, ellos sí personificados con los formidables atuendos y tocados propios de la tradición Khatakali, todo ello a base de un sofisticado y complejo trabajo de pantomima. Esta dialéctica, que resultó de gran eficacia escénica, fue replicada en el plano poético/musical.

Mientras los instrumentistas y cantantes indios narraban las peripecias del andante caballero y su rollizo escudero en malayalam, idioma propio del estado de Kerala, otra voz, muy castellana y en castellano, recitaba poéticas glosas quijotescas, hábilmente urdidas con el resto de los elementos de teatro y música.

Entre los numerosos aciertos de este fascinante Kijote Khatakali habría que mencionar la sabia inclusión, en la pista de sonido, de La Folía de España, es decir, la muy apropiada música/danza de la locura. El tableau vivant final de la obra, una especie de Pietà multitudinaria y multicultural, ha quedado como una potente e imperecedera imagen escénica; y la conclusión resultó ser una de las visiones más poderosamente tristes, melancólicas y nostálgicas que he presenciado sobre el destino final del Quijote/Kijote.

Templo de la Valenciana. La legendaria orquesta inglesa Academy of St. Martin in the Fields presenta un programa de perfil muy tradicional, con una sinfonía para cuerdas de Mendelssohn, y buenas, eficaces (pero no emotivas) versiones del Concierto para clarinete y la Sinfonía No. 40 de Mozart, todo ello ejecutado con técnica de sobra, y en el estilo tradicional de la orquesta decimonónica. Lo destacado, por mucho, fue la ejecución de la Sinfonietta Op. 1 de Benjamin Britten, música atlética, vigorosa, llena de nervio y de bien calculadas tensiones armónicas. Contradicción aparente: habiendo sido ésta la obra menos convencional del programa, fue en ella donde los músicos ingleses (dirigidos desde el primer violín por Tomo Keller) lograron los mejores momentos de balance sonoro, de contraste tímbrico y de expresión.