El estreno de la iniciativa penitenciaria Alquimia y transmutación: influencia de Aldonza en mujeres presas dentro y fuera de una cárcel, de Arturo Morell (Ciudad de México, 1975), se inscribe en la programación con enfoque social de la edición 46 del Festival Internacional Cervantino (FIC).

En las Catacumbas del Mesón de San Antonio se escenificó esta obra, donde el dramaturgo y creador de la Fundación Voz de la Libertad muestra cómo era tratada la mujer en esas épocas para reflexionar sobre la situación actual del género femenino. La idea es conectar con las emociones, detonar una catarsis y a partir de eso buscar una transformación en la persona.

En entrevista con La Jornada, Morell explica que el empoderamiento de la mujer puede ser una consecuencia de la propuesta escénica, pero lo primero que busca es la recuperación de la dignidad. ‘‘Muchas mujeres están abandonadas de sí mismas en reclusión. A diferencia de los hombres, que no son abandonados, ellas son rechazadas en reclusión sin importar si son culpables o inocentes. Todo mundo las deja solas y al hombre no”.

Desde hace 14 años, el director teatral fomenta la reinserción social mediante iniciativas artísticas y ha conocido a mujeres que independientemente de su historia están abandonadas. Así, el primer paso es recuperar su dignidad, su autoestima y luego empoderarlas.

Prejuicios y miedos

Con Un grito de libertad, montaje en el que ha trabajado con internos del Centro de Prevención y Reinserción Social de Guanajuato y en otras cárceles, Morell se ha vinculado con personas que han cambiado.

‘‘He conocido a varias mujeres que interpretan el papel de Aldonza Lorenzo, la amada Dulcinea de Don Quijote, y cambia su vida radicalmente al confrontarse con un personaje que es una ramera, pero Don Quijote ve en ella la pureza. De ahí nació Alquimia y transmutación.”

El ganador en 2017 del Premio Nacional por la Igualdad y la No Discriminación añade que en las funciones ha visto espectadoras que viven en libertad y se dan cuenta de que también están presas de prejuicios y miedos. ‘‘Alquimia habla de eso: mezclar las energías para generar un cambio”.

Alquimia y transmutación... alude a la influencia de la amada de Don Quijote, Dulcinea, que en realidad se llamaba Aldonza Lorenzo, en mujeres privadas de la libertad dentro y fuera de la cárcel.

La trama se desarrolla como si fuera el ensayo de una puesta en escena en una prisión. En el montaje se recrea una mazmorra de la Santa Inquisición la víspera de la noche de San Juan, en la que se realizaba una cacería de brujas.

Las actrices profesionales Elizabeth Guindi, Laura Luz, Alejandra Álvarez, Luz Rincón, Sandra Martínez, Ivette Cabrera, Valeria Morell, Edith Mercedes Cárdenas, Laura Jaramillo y la sargento Alejandra Álvarez integran el elenco.

El montaje, pero con 32 mujeres privadas de la libertad, se presentó en el Centro Femenil de Readaptación Social de Puentecillas de Guanajuato.