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¿La Fiesta En Paz?

El impresentable Verde intenta reverdecer // Mariano Ramos, maestro intemporal

¿S

e acuerda usted del estridente pero inútil Partido Verde Ecologista de México? Durante más de tres décadas ha sabido vivir a expensas del tricolor y del blanquiazul y de cualquier otro partido que se preste a financiar la demagogia basada en el respeto, cuidado y mejoramiento del medio ambiente y la preservación de la vida misma, según dicen sus bases doctrinarias.

Este parasitismo de origen, este vivir a costa del partido en el poder como su aliado incondicional, ha sido el principal impedimento para que la ciudadanía tome en serio a los verdes, por no mencionar las maromas presupuestarias, corruptelas y escándalos cobijados por singulares mecanismos de falsa representación política y la asignación de jugosos cargos a cambio de su sometimiento al gobierno en turno. Los muladares en que están convertidas las ciudades, por pestífero ejemplo, son una muestra de la inutilidad social de este partido.

El reciente numerito de transferir cinco de los 16 diputados del Verde a Morena para que éste tenga mayoría absoluta a cambio de que el verde gobernador de Chiapas tome posesión como senador, pida licencia, concluya su periodo y regrese al senado, refleja los malabarismos de los partidos en un sistema que convirtió las senadurías en premios, por deficiente que haya sido el desempeño del premiado. De ahí el afortunado acrónimo Moerde, compuesto por Morena y Verde.

Entre las bochornosas medallas que estos bizarros ecologistas se cuelgan está el haber sacado a los animales de los circos, consiguiendo entre otras cosas, como consigna el reportaje de Ana Mónica Rodríguez en La Jornada del martes 9 de octubre, que las empresas circenses perdieran más de la mitad de su público, ocasionando el cierre de varios de los grandes circos y el aumento del desempleo. De los animales liberados, además de haberlos tenido que malbaratar, se sabe que muchos murieron en un hábitat que no era natural para ellos y otros de tristeza al ser separados de sus dueños y cuidadores. ¡Esos son sus logros ecológicos!

No obstante ocupar el último lugar en la Cámara de Diputados, con apenas 2 por ciento, el Verde conserva arrestos –¿o sólo subvencionado cinismo?– para intentar por enésima vez prohibir las corridas de toros en Ciudad de México. ¿Podrán estos contumaces davides apedrear a los poderosos goliats del monopolio taurino de México? No se pierda el próximo capítulo de la predecible telenovela Los verdes también obran.

El pasado jueves en el fellinesco recinto de Miguel Cepeda El Breco no cabía un alfiler para conmemorar el sexto aniversario luctuoso de ese maestro enorme del toreo que fue Mariano Ramos quien, triste por los derroteros que tomaba una tauromaquia sin bravura que ya no exige poderío sino poses, se fue de este plano el 5 de octubre de 2012. Allí pude darle un abrazo a sus hermanos Marina y José, así como a Rafael Hernández, conductor de dos programas por televisión con el maestro y el cronista Guillermo Salas, y a una insólita defensora de la fiesta de toros: la diputada campechana de Morena, Irasema Buenfil, así como al flamante matador Rodrigo Cepeda, que prometió contarme su aventura venezolana; al pintor Antonio, y a Arturo Combe; al diestro Aarón Rodríguez y, desde luego, al entusiasta marianista Isaías Gómez, quien con otros amigos costeó el busto del maestro Ramos que se pretende colocar en la entrada de la Plaza México, escenario donde dignificó como pocos el arte de la lidia. ¡Salud siempre, inolvidable e insustituible maestro!