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Buscan asilo en EU

En tres meses llegaron 2 mil africanos a Nuevo Laredo

Huyen de violencia, desastres naturales y epidemias

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▲ Un grupo de migrantes de varios países de África aguarda en el puente internacional número uno, en la frontera entre Nuevo Laredo, Tamaulipas, y Laredo, Texas, para que agentes de Aduanas y Migración estadunidenses les den una entrevista para solicitar asilo.Foto Carlos Figueroa
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▲ Una pareja con un bebé descansa en una de las calles de la ciudad fronteriza.Foto Carlos Figueroa
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 27 de septiembre de 2018, p. 36

Nuevo Laredo, Tamps., Durante los tres meses recientes, en forma lenta y continua, cientos de hombres y mujeres provenientes de África, muchos acompañados de sus hijos, llegaron a Nuevo Laredo, Tamaulipas después de viajar, incluso en barco, desde Camerún, Congo o Kenia hasta Brasil, luego recorrer Centroamérica y México hasta esta ciudad fronteriza, desde donde cruzan a Laredo, Texas, para pedir asilo al gobierno de Estados Unidos.

Agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) revelaron que por esta frontera cruzan a diario entre 15 y 25 africanos, quienes llegan hasta el puente internacional uno, donde esperan turno para entrar a Laredo.

Se calcula que en este periodo han ingresado a México aproximadamente 2 mil africanos que huyen de la violencia, desastres naturales y epidemias, entre ellas el cólera.

La mañana del miércoles, en la esquina de las calles 15 de Junio y Guerrero, a unos metros del cruce internacional, había unos 15 migrantes africanos. Otro grupo estaba a la mitad del puente esperando a que los agentes de Aduanas y Migración Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) les permitieran pasar para tramitar el asilo.

Oficiales del CBP vigilan el puente para evitar el cruce de grandes grupos de migrantes africanos, cubanos y bangladesíes.

En un francés apenas comprensible y algunos en el poco español que aprendieron al pasar por Centroamérica y México, los migrantes narran su periplo desde Brasil hasta la frontera norte de México, pasando por la selva conocida como el Tapón del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá.

Leeva Marian, joven oriunda de la República Democrática del Congo, viaja con su pequeño hijo. Partió en barco hacia Brasil, el punto más cercano por mar. De ahí se dirigió a México, a veces caminando, otras en autobús, pasando por Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala.

Espera llegar a Columbus, Ohio, donde viven familiares. Confía en que eso facilite que obtenga asilo. Sólo espera turno para pasar de la calle 15 de Junio a la mitad del puente internacional I Juárez-Lincoln.

Lbamba Patrick, también de Congo, relata: ‘‘Salí en barco de mi país hasta llegar a Brasil y de ahí, caminando o de raid, crucé varios países’’: Perú, Colombia y la selva del Darién, junto con otros migrantes africanos y cubanos.

‘‘Fue muy peligroso. En El Darién vimos a personas de otros grupos que murieron en la selva’’, dijo.

Para él, pedir asilo en Estados Unidos para huir de la violencia será más difícil que para algunos de sus compatriotas. Él no tiene familiar alguno en ese país.

Agentes del INM señalan que los africanos reciben apoyo de alguno de los dos refugios para migrantes antes de cruzar. Algunos llevan días esperando la oportunidad. Todos obtuvieron un permiso temporal expedido por el INM al ingresar a México por Chiapas.

Inicialmente la ruta de este éxodo era de Brasil a Tijuana, Baja California, pero en meses recientes termina en Nuevo Laredo.

La oleada de africanos tiene en alerta a las autoridades de Estados Unidos, pues la mayoría de los migrantes son musulmanes.

Africanos, cubanos, bangladesíes y mexicanos esperan turno a mitad del puente para pasar a las oficinas de migración estadunidenses. La mayoría son detenidos y presentados ante un juez de migración, que tarda hasta seis meses en resolver su situación legal.

Aarón Méndez, director de la Casa del Migrante Amar, dijo que en tres meses han dado cobijo y alimentos a 15 africanos, quienes lograron llegar a Laredo, Texas.

La Casa del Migrante Nazareth, vigilada por policías estatales, ha dado alojamiento a más de 100 migrantes de África.

‘‘Llegan solos o en familia. Se les da alojamiento, comida y traslado al puente internacional uno. Si no tienen la oportunidad de cruzar a Texas, regresan a dormir y al día siguiente se les lleva de nuevo al puente’’, explicó un colaborador del refugio.