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Se elevará edad de jubilación

Cientos de detenidos en Rusia por marchar contra la reforma a las pensiones

Abstencionismo en comicios regionales; el alcalde de Moscú, Serguei Sobianin, se relige sin mayor trámite

Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 10 de septiembre de 2018, p. 29

Moscú. En decenas de ciudades de todo el país se llevaron a cabo acciones de protesta contra la reforma al sistema de pensiones que impulsa el Kremlin, reprimidas por la policía y la guardia nacional este domingo en que estaban convocadas elecciones regionales –la más importante de ellas, la de alcalde de Moscú–, y que al menos aquí en la capital rusa no interesaron a muchos votantes.

La mayoría de moscovitas prefirió disfrutar el inusual clima veraniego –25 grados y mucho sol– recorriendo en atiborrados barcos el río Moskova, paseando por los parques o como parte de un éxodo hacia sus dachas o casa de descanso en las afueras.

Y es que de antemano se sabía lo que iba a pasar. Por cuanto no está permitido expresar en la vía pública desacuerdo con cualquier medida de las autoridades por draconiana que ésta sea, los pocos jóvenes –finalmente los más afectados por el aumento de la edad de jubilación– que se atrevieran a salir a la calle sufrirían violentas detenciones, golpiza incluida, y además tendrían que pagar una multa. En Moscú, eso sucedió este domingo a cerca de 300 inconformes, y en San Petersburgo, a más de 500, según diversas estimaciones.

Cuando el Kremlin, en pleno Mundial de Futbol, anunció su intención de aumentar la edad de jubilación para los hombres de 60 a 65 años y para las mujeres de 55 a 63, nada sucedió, ausente la noticia de la televisión y otros medios públicos. Pero al momento de empezar a debatir la reforma en el Parlamento, concluida la magna cita futbolera, comenzaron las protestas de la oposición, sindicatos, ONG y ciudadanos.

El rechazo afectó la imagen del presidente Vladimir Putin, que al perder 15 puntos de popularidad tuvo que intervenir –en un inusual mensaje a la nación– para intentar suavizar el impacto de la reforma, que en realidad no cambió mucho y la edad propuesta quedó en 60 años para las mujeres y 65 para los hombres.

Indigna a los rusos que Putin haya prometido en reiteradas ocasiones que jamás aceptaría subir la edad de jubilación mientras fuera presidente, consciente de que –a diferencia de la tendencia que prevalece en los países donde aumenta la esperanza de vida– en Rusia no procede: por alcoholismo, traumatismo laboral, criminalidad y otras causas, 43 por ciento de los hombres muere antes de cumplir 65 años y, para el resto, no es justo trabajar toda la vida para no tener una jubilación digna (equivalente ahora a 4 mil pesos mensuales en promedio).

Además, el Kremlin desestimó la iniciativa de incrementar los impuestos a los magnates, en especial a los dueños de las corporaciones que exportan materias primas, quienes seguirán multiplicando sus fortunas con las superganancias que obtienen, dando a entender que la única posibilidad de evitar una crisis mayor es que los sectores más desprotegidos de la población se aprieten los cinturones.

En cuanto a los comicios regionales –por cuanto se dan condiciones que sólo favorecen a los candidatos oficialistas, aparte de que se impidió con risibles pretextos el registro de ningún aspirante opositor–, la relección del alcalde Serguei Sobianin, se convirtió en simple trámite.

Con el triunfo de Sobianin, la élite gobernante podrá decir que 74 por ciento de quienes participaron (según las encuestas de salida) depositaron su sufragio por el candidato del Kremlin, aunque preferirán callar que sólo ejerció su derecho al voto 27 por ciento del padrón. Más o menos el mismo panorama se observó en el interior de Rusia, donde se impusieron los candidatos del partido oficialista en los comicios para gobernador de 26 entidades federales, alcaldes o diputados.