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Semar, lista para el festejo patrio

Emoción incomparable, encabezar a marinos en el desfile: Juan José Padilla

No se sienten las piernas, va uno pensando en cantar, en saludar, en hacer los movimientos correctos, expresa el coordinador general de Aeronáutica Naval

 
Periódico La Jornada
Domingo 9 de septiembre de 2018, p. 13

Con 40 años de experiencia en la carrera naval, el vicealmirante Juan José Padilla Olmos afirma que no cambiaría por nada la emoción y satisfacción de encabezar al grupo de más de 3 mil hombres de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) que participará en la parada militar conmemorativa del 208 aniversario de la Independencia de México.

Considera que la emoción supera el nacimiento de un hijo, y para él, significa mostrar el orgullo de representar a su institución, a la cual decidió ingresar tras haber leído en su natal Aguascalientes un cartel en que se invitaba a formar parte de la Semar. Siendo un joven que no conocía el mar y que deseaba ser veterinario, se ilusionó con la leyenda del anuncio y definió para siempre su vida: La Escuela Naval Militar te ofrece todo.

El 16 de septiembre será la sexta ocasión que desfile frente al balcón presidencial, pero por primera vez estará al mando de los hombres de la Armada. Su piel se enchina, la emoción se refleja en sus ojos.

El vicealmirante Padilla Olmos funge como coordinador General de Aeronáutica Naval en la Semar, y este 16 de septiembre encabezará a los 3 mil 810 marinos en el desfile. Recorrerá, al igual que cada uno de sus compañeros, ocho kilómetros que separan el cruce de la calle República de El Salvador y Pino Suárez con el Bosque de Chapultepec.

Rememora que luego de haber sido aceptado en la Heroica Escuela Naval llegó al Puerto de Veracruz un 28 de agosto. Afirma que “para conocer la institución educativa hay que levantarse ‘a diana’, recorrer los muros de la misma y conocer la sensación más importante e impactante que es el momento en que se entona el himno de la Escuela Naval. Es una cosa que a los egresados nos deja marca toda la vida”.

–¿La emoción del desfile se puede comparar con la primera vez que voló, con alguna primera vez en su carrera naval?

–Creo que no. Desfilar y tener la oportunidad de ir ahí, al frente de casi 4 mil valientes, es incomparable. La instrucción militar lo prepara a uno para el desfile, para la vida, para dejar la vida si es necesario, ante cualquier reto.

Pero la sensación de encabezar al contingente no la cambio por la primera vez que volé. Es algo muy diferente.

–¿Cómo se prepara usted para ese reto?

–Personalmente me gusta el deporte. Nuestro personal tampoco tiene muchos problemas, porque la instrucción militar es parte rutinaria, y la práctica deportiva también; entonces, la preparación para el desfile prácticamente consiste en coordinar a toda esa gente que de alguna manera hace instrucción en muchas instalaciones y decirles que ahora lo vamos a hacer juntos.

–¿Cómo se prepara o qué está pensando hacer en las horas previas al 16 de septiembre?

–El uniforme lo dejamos listo una noche antes. Difícilmente creo que pueda dormir el día 15. La preparación del escudo, la espada, no nos lleva mucho tiempo, y más cuando se tienen 40 años de servicio. Pero a veces (aparece) el nervio.

Con más de 5 mil horas de vuelo y 40 años de carrera, el almirante Padilla Olmos no deja de emocionarse al señalar que en esta ocasión dos de sus hijos, dos tenientes de navío que siguen sus pasos en la Armada, formarán parte del contingente.

–Háblenos como si estuviera avanzando en este momento desde Pino Suárez…

–No se sienten las piernas, va uno pensando en cantar, en saludar, en hacer los movimientos correctos. Hay una saturación de ideas y trata uno de coordinar todo el cuerpo al ver tanta gente, oír las bandas sonar, el himno que uno tiene que cantar, y ver al Presidente con la banda, a los secretarios de Marina y de Sedena genera emociones que difícilmente puedo explicar: sé que las piernas van a estar ahí tratando de estar al máximo, porque las emociones desgastan al doble, pero hay que echar tacón.

Yo no sé si a todos les pase lo mismo, el paso frente a Palacio Nacional se vive con tanta intensidad que cuando pasa uno no lo disfruta. El desfile se empieza a disfrutar por 5 de Mayo, cuando ya pasó frente a las máximas autoridades, y en éste tenemos que ser los mejores para darle a México la satisfacción de un desfile muy bonito, que sientan que las fuerzas armadas están integradas por mexicanos como ellos.