Economía
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Jean-Claude Trichet, ex presidente del BCE

Advierten de la vulnerabilidad del sistema financiero mundial

Se cumple una década de la quiebra de Lehman Brothers y la crisis hipotecaria subprime

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▲ Imagen de archivo de una protesta de Occupy Wall Street en Nueva York. El colapso financiero de 2008 en Estados Unidos fue desastroso para miles de adultos jóvenes que no podían pagar la deuda que adquirieron para educación, automóviles y tarjetas de crédito. Los manifestantes culparon de la crisis financiera a la avaricia corporativa.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Domingo 9 de septiembre de 2018, p. 23

París. La situación financiera actual es tan peligrosa como cuando quebró el banco estadunidense Lehman Brothers en septiembre de 2008, asegura el ex presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, quien estaba al frente de la institución cuando ocurrió la crisis financiera de hace una década.

Ahora se reconoce que el sobreendeudamiento masivo de las economías avanzadas fue un factor clave en el origen de la crisis financiera mundial de los años 2007 y 2008, declara Trichet a la agencia de noticias Afp.

El crecimiento de la deuda, en particular la privada, de los países avanzados se ha ralentizado, pero esa ralentización queda compensada por una aceleración del endeudamiento de los emergentes. Eso es lo que vuelve el sistema financiero mundial al menos tan vulnerable, sino más, que en 2008, considera quien fue presidente del BCE entre 2003 y 2011.

Durante su mandato, la institución monetaria europea tuvo que afrontar la crisis financiera junto a los demás grandes bancos centrales mundiales.

El verdadero inicio de la crisis financiera que iba a golpear el mundo lo percibí el 9 de agosto de 2007, por la mañana, cuando nos enfrentamos a una interrupción completa del funcionamiento del mercado monetario de la zona euro, recuerda Trichet.

El mercado hipotecario estadunidense había dado varias señales de fragilidad, pero todo se aceleró a mediados de 2007 con las primeras quiebras en Estados Unidos.

A finales de julio, las bolsas mundiales se tambalearon y el contagio alcanzó a Europa. Alemania tuvo que inyectar dinero en el banco IKB, un rescate de más de 3 mil millones de euros.

Mercado paralizado

El 9 de agosto de 2007, el grupo bancario francés BNP Paribas congeló tres de sus fondos invertidos en Estados Unidos, cuyo saldo se había reducido en 400 millones de euros en unos días. El pánico se extendió y el mercado monetario, en el que los bancos intercambian dinero, quedó paralizado.

La situación no tenía precedente desde la Segunda Guerra Mundial: no había ninguna actividad normal, ninguna transacción entre bancos, ninguna tasa de interés en el mercado. Tomo entonces con mis colegas la decisión de dar toda la liquidez solicitada por las instituciones financieras sin límite.

Rescate de 95 mil mde

Aquel 9 de agosto de 2007, unos 50 bancos de la zona euro piden al BCE 95 mil millones de euros para poder afrontar sus obligaciones, una suma nunca vista. Y el organismo europeo concede esos préstamos. En ese momento estaba en Bretaña, en mi segunda residencia de Saint-Malo, en contacto electrónico constante con el BCE y los miembros del directorio. Tomamos la decisión en dos horas y media, recuerda Trichet.

Esa decisión fue considerada muy importante por todos los observadores y los participantes del mercado, porque demostraba que el BCE podía tomar rápidamente decisiones muy atrevidas, cuenta.

“Había dos corrientes: los que pensaban que la crisis de las hipotecas subprime anticipaba algo grave e importante, y los que consideraban que era una simple corrección del mercado y sin gravedad sistémica. Yo pertenecía a la primera corriente”, agrega.

En vez de mejorar, la situación siguió deteriorándose en los meses siguientes hasta la crisis total: el 15 de septiembre de 2018, el banco de negocios estadunidense Lehman Brothers se declaró en quiebra.

Aunque Lehman era el banco de negocios más pequeño de Wall Street, fue el detonante, dice Trichet. En los días previos estuve en contacto con Ben Bernanke (el jefe del Banco Central estadunidense), con Tim Geithner (presidente de la Fed de Nueva York) y con mis colegas del mundo entero, recuerda.

Explicamos que la quiebra de Lehman podría tener consecuencias catastróficas, prosigue el expresidente del BCE.

Las autoridades estadunidenses, criticadas por los demócratas y también por los republicanos tras la ayuda pública brindada a los organismos de financiación hipotecaria Fannie Mae y Freddie Mac, dejó quebrar a Lehman Brothers.

Mi sentimiento es que el gobierno estadunidense consideraba que no tenía, en aquel momento, la capacidad política para intervenir con dinero público. Así que yo me preparé para una catástrofe, recuerda Trichet.