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Guadagnino siembra terror en la Mostra con su versión de Suspiria

Vi la cinta de Dario Argento a los 14 años y me marcó profundamente

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▲ Tilda Swinton (izquierda)y Dakota Johnson rodean al director de la película.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 2 de septiembre de 2018, p. 6

Venecia. La nueva versión del filme Suspiria, dirigida por el italiano Luca Guadagnino, con mucha sangre, tripas, brujas modernas y danzas atractivas, sembró el terror ayer en el festival de cine de Venecia.

El primer filme italiano en competencia por el León de Oro fue abucheado y a la vez aplaudido por la prensa, generando polémicas pero también elogios por las extraordinarias actuaciones de Dakota Johnson y Tilda Swinton, la primera en el papel de bailarina y la otra de coreógrafa de una misteriosa y prestigiosa compañía de danza contemporánea.

Para mí era fundamental que la danza no fuera un engaño, como diría la señora Blanc, sino también un personaje con su lenguaje, un lenguaje que es trascendental y mágico, explicó Guadagnino, vencedor el año pasado del Oscar al mejor guión con Call me by Your Name.

Con seis minutos intensos de danza contemporánea, en los que los cuerpos magníficos de las bailarinas interpretan la guerra interior que viven, el filme mezcla muchas historias en un ambiente sombrío de los años 70 en Alemania, reconstruido con lujo de detalles.

El baile, las mujeres vistas como brujas modernas y los chorros de sangre que brotan de tripas abiertas forman parte de la iconografía de la nueva versión del filme del maestro del horror de los años 70, Darío Argento.

Vi la película de Argento cuando tenía 14 años y me marcó profundamente, aseguró Guadagnino, quien pretende impresionar también al público de los teléfonos móviles y las computadoras, un poco más acostumbrado a las historias con pesadillas, ritos y delirios, tan comunes en las series de televisión.

Al borde de una crisis

Los macabros huesos rotos y los chorros de sangre marcaron también a Dakota Johnson, hija de los actores Dan Johnson y Melanie Griffith.

Soy una mujer que absorbe los sentimientos de los que me rodean, y cuando se trabaja en temas sombríos se me pega todo ello a la piel, pero hablar con alguien querido te permite pasar a otro tema, contó la actriz, quien negó haber tenido que recurrir a alguna terapia para superar la experiencia.

El filme ha sido ambientado en una fría y triste Berlín, a finales de 1977, entre atentados de la RAF, los oscuros recuerdos del nazismo, el auge del sicoanálisis y las luchas de poder dentro de la compañía de danza femenina.

Considerado un ejercicio de cine por las escenas sádicas, en ocasiones gratuitas, no se descarta que esa fábula sórdida y truculenta convenza al presidente del jurado veneciano, Guillermo del Toro, vencedor este año del Óscar con La forma del agua, otra fábula llena de símbolos.

Es un filme audaz y eso es importante cuando uno trabaja, comentó en tanto Swinton, perfecta en el papel de madre simbólica, una suerte de homenaje a grandes coreógrafas como Pina Bausch o Marta Graham.

Guadagnino, quien establece una suerte de paralelo en su película entre la compañía de danza y la liberación de las mujeres, reconoció que con el movimiento #MeToo las mujeres han atravesado un umbral del que no se regresa.

“Suspiria fue rodada antes de las protestas, pero me gustaría creer que en mi trabajo, tanto ahora como en el futuro, no domine el deseo de abusar del otro con el propio poder”, aseguró.

El tema este año surge en casi todos los filmes y llevó a los organizadores del festival veneciano a suscribir el Manifiesto por la Igualdad entre hombres y mujeres en el certamen, tal como ocurrió en los festivales de Cannes (Francia) y Locarno (Suiza).